La espada de Cristo



Por Josué I. Hernández


Introducción
  • Jesús es el príncipe de paz (Is. 9:6), lo cual es malentendido por muchos, por el tipo de paz que buscan en Cristo. La paz de Cristo no es una actitud tolerante o política. Jesús no vino a establecer un reino material aquí en la tierra, donde todos los hombres vivirían en una sociedad utópica (Is. 11:1-9; 2 Cor. 5:17).
  • Cristo ha hecho posible la paz entre el hombre y Dios, en un cuerpo (Ef. 2:13-22). Atacó el problema que ocasionaba la discordia (Is. 59:1,2). Trajo la paz mediante su sangre (Is. 53:3; Hech. 2:22,23).
  • Los seguidores de Cristo serán despreciados por el mundo (Jn. 15:18,19; Mat. 10:34-36). Aunque buscan la paz con todos los hombres (Rom. 12:17,18; 1 Cor. 7:15). Nuestra elección es simple (Sant. 4:4), y nuestros propios parientes se opondrán (Mat. 10:37).

I. La palabra de Cristo: Una espada que causa de la división
  • Cristo mismo identificó la razón de la división (Mat. 10:34).
  • La espada de Cristo: Un instrumento de guerra (cf. Apoc. 1:16; Ef. 6:17; Heb. 4:12)
  • La reacción del hombre: El real problema (1 Ped. 2:8)

II. La palabra de Cristo: El instrumento de paz
  • El mismo instrumento que divide (Ef. 6:17), es el que da la paz: “el evangelio de la paz” (Ef. 6:15).
  • En un sentido, Cristo vino con una espada (Mat. 10:34). En otro sentido, Cristo “vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca” (Ef. 2:17; cf. Luc. 1:79).

Conclusión
  • La misma palabra de Dios ocasiona división y paz, según nuestra actitud hacia ella, dependiendo de si la recibimos o rechazamos.
  • Cristo otorga paz con Dios y con la iglesia.
  • Cuando la gente rechaza la palabra de Dios habrá división.
  • Cada cual está comprometido, no hay posición neutral. Si no estamos comprometidos con Cristo y su palabra, no hallaremos la paz de Dios y seremos instrumentos de discordia.




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