Aprendiendo a confiar en Dios


Por Josué I. Hernández


Introducción
En Mateo 6:19-24, Cristo ha dicho:
  • Que debemos trabajar por hacer tesoros en los cielos (6:19-21)
  • Que debemos mantener una buena actitud en nuestro corazón respecto a las posesiones terrenales. Guardar “el ojo” bueno, quiere decir guardarnos de la avaricia en nuestro corazón (6:22,23).
  • Que debemos hacer a Dios nuestro “Señor” y no a las “riquezas” (6:24).
Vocabulario:
  • Afán: Anhelo congojoso.
  • Ansiedad: Estado de agitación e inquietud del ánimo.

I. Debemos confiar en Dios
El afán y la ansiedad, prohibidos: “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida...” (6:25).
  • Innecesario (Mat. 6:26,28-30).
  • Inútil, infructífero (Mat. 6:27).
  • Indebido (Mat. 6:25,32).
  • Necedad (6:25-28,30).
  • Falta de fe (6:30).
  • Distracción (6:33).
  • Desorden (6:34).
Argumentos por los cuales no debemos afanarnos:
  • “¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?” (6:25).
  • “Mirad las aves del cielo… ¿No valéis vosotras mucho más que ellas?” (6:26).
  • “¿Y quien de vosotros podrá, por mucho que se afane…?” (6:27).
  • “Considerad los lirios… ¿no hará mucho más a vosotros hombres de poca fe?” (6:28-30).
La “poca fe” es la razón del miedo (6:30; 8:26; 14:30,31).
  • La desconfianza del cuidado del Padre celestial.
  • La incredulidad en el poder de Dios.

II. Debemos ordenar nuestra vida
Debemos buscar el reino de Dios “primeramente” (6:33; 2 Cor. 8:5)
No debemos afanarnos “por el día de mañana” (6:34)
  • El día de mañana traerá sus propias preocupaciones.
  • Es necesario resolver las dificultades diarias y vivir un día a la vez.

Conclusión
  • Podemos resumir las palabras de Cristo así: “No te afanes por el futuro, busca primero a Dios y tendrás paz ahora y en la eternidad”.
  • Si cuidamos de practicar las enseñanzas de Jesús nuestra vida estará construida sobre la roca: Mateo 7:24-25. Así, las tormentas de la vida no nos destruirán porque Dios nos cuidará.
  • Si no confiamos en las enseñanzas de Jesús no podemos contar con el cuidado de Dios, ni contar con esperanza de vida eterna.



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