Por Josué I. Hernández
Introducción
- ¿Alguna vez has tratado de imaginarte viviendo en el primer siglo?
- Pensemos juntos sobre esto.
- No todos obedecieron al evangelio (Rom. 10:16 cf. 1 Ped. 4:17; 2 Tes. 1:8).
- ¿Estarías dispuesto a cumplir con los requisitos del discipulado (Luc. 9:23-26)?
- ¿Habrías perseverado con los demás cristianos (Hech. 2:42,46)?
II. ¿Serías cristiano, cristiano solamente?
- En el primer siglo no había denominaciones. Las denominaciones son de la sabiduría de los hombres (Mat. 15:13,14). Cristo estableció su iglesia (Mat. 16:18; Hech. 2:47; Ef. 5:25).
- En el primer siglo los santos eran simplemente “cristianos”. Dios les había dado este nombre (cf. Is. 56:5; 62:2; 65:15; Hech. 11:26).
- La predicación del evangelio llamaba a todos a volverse cristianos (cf. Hech. 26:28).
- Los cristianos estaban dispuestos a sufrir como tales (1 Ped. 4:16).
III. ¿Estarías satisfecho entre la minoría?
- La mayoría ha estado equivocada (cf. Mat. 7:14; 1 Ped. 3:20).
- Así sucedió a Israel entre las demás naciones (Deut. 7:7).
- Una minoría obedeció al evangelio (cf. Rom. 11:5).
- ¿No sucede hoy lo mismo hoy? ¡La verdad nunca ha sido popular!
IV. Adorarías como Dios lo ha requerido?
- Dios siempre ha especificado y regulado la adoración. Los primeros cristianos entendieron esto (Jn. 4:24).
- Los primeros cristianos no adoraban para entretenerse o divertirse. Su adoración procuraba agradar a Dios. Por ejemplo, no usaban instrumentos musicales (cf. 1 Cor. 14:15; Col. 3:16; Ef. 5:19).
- La historia confirma una evolución en la forma de adoración.
V. ¿Trabajarías fielmente como Dios lo ha requerido?
- La iglesia local es la única institución de Cristo para hacer su obra (1 Tim. 3:15). Los primeros cristianos no crearon instituciones a las cuales las iglesias responsabilizaran del trabajo.
- Como individuos evangelizaron según su habilidad y oportunidades (Hech. 8:5), y también hicieron el bien a otros (Gal. 6:9,10; Sant. 1:27) y se edificaron mutuamente (Rom. 15:14; Gal. 6:1,2).
- Cada iglesia local predicó a los perdidos y edificó a sus miembros (Hech. 2:42; 1 Cor. 14:26; Ef. 4:12,16; 1 Tes. 1:8), sostuvo predicadores (2 Cor. 11:8,9; Fil. 4:15,16), y fue benevolente con los santos necesitados (Hech. 6:1-6; 11:27-30).
- Los primeros cristianos entendieron que la benevolencia está limitada a los santos (cf. 1 Cor. 16:1; 2 Cor. 8:4; 9:1,13). Ellos sabían que la benevolencia con el tesoro de la iglesia es un acto de comunión (texto griego dice “comunión” en 2 Cor. 9:13), y no tenían “comunión” con los del mundo (2 Cor. 6:14-18; Ef. 5:11).
VI. ¿Procurarías involucrar a la iglesia en asuntos sociales?
- Los apóstoles de Cristo enseñaron que la obra de la iglesia no debe mezclarse con las responsabilidades de los individuos (1 Tim. 5:16).
- Los apóstoles de Cristo enseñaron que las comidas sociales no son parte de la obra de la iglesia local (1 Cor. 11:22,34).
Conclusión
- Si hubieses vivido en el primer siglo… ¿serías un verdadero cristiano?
- La palabra de Dios no ha cambiado. Hoy podemos ser verdaderos cristianos como lo fueron los santos del primer siglo.