Por Josué I. Hernández
Romanos 7:14-25
Introducción
- Nuestro texto describe la gran lucha de uno esclavizado al pecado.
- Vemos dos dilemas aquí: El dilema textual, en sí mismo; y el dilema humano, que representa.
El contexto general del libro Romanos:
- La justificación por la fe en Cristo, no por guardar la ley de Moisés (3:28-30).
- La promesa hecha a Abraham viene por la fe, no por las obras de la ley (4:13).
- Los cristianos no perseveran en el pecado porque han muerto a él (6:1,2,15). El pecado no reina en su cuerpo mortal (6:12). Sus miembros son instrumentos de justicia (6:13), y son libres del pecado y siervos de la justicia (6:18).
El contexto inmediato (caps. 7 y 8):
- Los comentarios de Pablo son especialmente para aquellos que conocen la ley (Rom. 7:1).
- Aquellos que, casados con la ley mueren a la ley por medio de Cristo (7:4).
- Aquellos que, estuvieron sujetos a la ley, pero han sido librados de ella (7:6).
- La ley indicada es aquella que incluía los diez mandamientos (7:7).
- Una ley que, aunque era buena trajo muerte, no liberación (7:7-13).
- Una liberación a la que se apela, y luego, se explica (7:24,25; 8:1-12).
El dilema humano y su solución
- Luego de contemplar al hombre esclavizado al pecado, la liberación provista por Cristo es abiertamente reconocida (Rom. 7:25; cf. 3:23-25).
- El contraste: “Ahora” (Rom. 8:1).
- He aquí el capítulo de victoria, júbilo, y alabanza (Rom. 8:1-14).
- La “ley del Espíritu”, el evangelio, libra al pecador del poder del pecado (Rom. 8:2; cf. 6:14,16; 1:16,17) y de la muerte (8:2; cf. 6:23), algo que era imposible para la ley (8:3).
Conclusión
- La ley de Moisés era santa, justa y buena (7:12), pero no ofreció liberación de la culpa y el poder del pecado (Rom. 7:24; cf. 6:14; 8:3).
- “Ahora”, no hay condenación para los que están en Cristo (Rom. 8:1; Gal. 5:16,25).
- ¿Ha experimentado la libertad de la culpa del pecado por la sangre de Cristo (Ef. 1:7)? ¿Vive en Cristo libre del pecado por el poder de Dios (Rom. 8:10-13; cf. 1 Cor. 6:11)?