Por Josué I. Hernández
Introducción
- El Antiguo Testamento habla a menudo del “sábado”, palabra que en el original hebreo significa “cesar o descansar”, de ahí “reposar”.
- Veamos lo que la Biblia enseña sobre el sábado.
- Ese día fue escogido porque en él Dios descansó de su creación (cf. Ex. 20:11; Gen. 2:3).
- El domingo no es el reposo de los cristianos, o el sábado cristiano.
En el calendario del Israel había un año sabático
- Sucedía cada séptimo año, en el que no se permitía sembrar ni cosechar (Lev. 25:1-7).
- Cada cuarenta y nueve años había otro año sabático, el año del jubileo, un año de libertad y liberación (Lev. 25:8-13), un año de liberación de las deudas (Lev. 25:23-38) y todo tipo de servidumbre (Lev. 25:39-55).
La primera guarda del sábado
- Cuando Dios comenzó a alimentarlos con maná saliendo de Egipto (Ex. 16:22-30).
- Las instrucciones indican que la guarda del sábado era desconocida por Israel (cf. Neh. 9:13,14).
- No hay evidencia bíblica de que la guarda del sábado fuese requerida antes de este tiempo.
El sábado era un memorial y señal
- Un recordatorio para Israel (Deut. 5:15).
- Una señal en Israel (Ex. 31:12-17).
- No hay evidencia bíblica de que Dios hubiese dado tal señal y recordatorio a otras naciones.
Se guardaba el sábado al cesar de trabajar
- “Seis días trabajarás, mas en el séptimo día descansarás; aun en la arada y en la siega, descansarás” (Ex. 34:21).
- Jesús enseñó que la ley del sábado no excluye las actividades humanitarias o los servicios médicos (cf. Luc. 13:15,16; Jn. 7:23,24).
- Los comerciantes tendrían que cerrar su negocios; pero, Israel no aprecio este requisito (cf. Num. 15:32-34; Jer. 17:19-23; Neh. 13:15-18).
La guarda del sábado es parte de lo que Cristo quitó
- Anuló el acta de los decretos, es decir, la ley mosaica (Col. 2:14-17; cf. Ef. 2:15).
- Los cristianos no deben guardar el sábado, ni otras fiestas del Antiguo Testamento (Gal. 5:1-4).
La muerte era el castigo para quienes no guardaran el sábado
- El que profanaba el día de reposo debía morir (Ex. 31:14,15; cf. Num. 15:32-36).
- Los que promueven la guarda del sábado son inconsecuentes.
Conclusión
- Recapitulación.
- Dejemos el sábado donde Dios lo ubicó, como un elemento de su antiguo pacto con Israel, un pacto que ha sido reemplazado por el evangelio.