Por Josué I. Hernández
Introducción
El vocablo “omnisciencia” proviene del latín. Omnisciente es “el que lo sabe todo”, un atributo divino propio de la infinitud de Dios (ej. Sal. 139:1-6; Rom. 11:33-36).
Los objetos del conocimiento divino son de tres clases, o categorías:
Este es un aspecto práctico del conocimiento, porque conforme a su omnipotencia Dios programa la marcha de la historia, la oración tiene eficacia, y el libre albedrío no es vulnerado.
Dios conoce toda la verdad de modo perfecto, total, exhaustivo, y hasta el mínimo detalle. Una perfección cognitiva, con:
Dios lo sabe todo (Heb. 4:13; 1 Jn. 3:20).
Detalles de nuestra vida y derredor (Mat. 10:29,30; Sal. 139:1-3,5,6).
Conclusión: Aplicaciones
¿Qué sabe Dios de nosotros (Prov. 15:3)?
- Lo existente: En cualquiera de los tres tiempos de la existencia (pasado, presente, futuro).
- Lo posible: Que no halla por parte de la omnipotencia divina ningún obstáculo para poder existir.
- Lo futurible: Que no es un mero posible, pero tampoco ha existido, ni existe, ni existirá. Existiría si se diese un determinado “cuadro” de circunstancias que no ocurren (ej. 1 Sam. 23:10-13; Mat. 11:20-24; 1 Cor. 2:8).
Este es un aspecto práctico del conocimiento, porque conforme a su omnipotencia Dios programa la marcha de la historia, la oración tiene eficacia, y el libre albedrío no es vulnerado.
Dios conoce toda la verdad de modo perfecto, total, exhaustivo, y hasta el mínimo detalle. Una perfección cognitiva, con:
- Todo el conocimiento proposicional, intelectual (“saber que”).
- Todo conocimiento no proposicional apropiado a su perfección (“saber cómo”).
Dios lo sabe todo (Heb. 4:13; 1 Jn. 3:20).
Detalles de nuestra vida y derredor (Mat. 10:29,30; Sal. 139:1-3,5,6).
- Pensamientos (Sal. 139:4).
- Cuando estábamos en el vientre de nuestra madre (Sal. 139:15,16).
- El corazón de todas las personas (1 Rey. 8:39).
- Conoce los pensamientos (cf. Mat. 9:4; 12:25; Mar. 2:6-8; Luc. 6:8; Jn. 2:24,25).
- La vida y circunstancias de personas a quien todavía “no conocía” (Jn. 1:47,48; 4:17,18; 11:5-14; Mar. 14:13-15).
- ¿Desconocía cosas? De ninguna manera. Sus preguntas no revelaban falta de conocimiento (cf. Luc. 8:45,46). Cuando dijo “no saber” indicó que no le correspondía “revelar” (cf. Mar. 13:32; 1 Cor. 2:2).
Conclusión: Aplicaciones
¿Qué sabe Dios de nosotros (Prov. 15:3)?
- Sabe lo que hemos hecho.
- Sabe lo que haremos.
- Sabe lo que podríamos haber hecho.
- Por lo tanto, somos responsables. Tenemos el control de nuestra vida. Por tal razón habrá juicio definitivo.
- No sabemos qué será mañana (cf. Sant. 4:14).
- Sabemos lo suficiente para hacer lo correcto y rehusar lo malo.
- ¿Qué clase de persona somos con lo que sabemos?