Siguiendo el ejemplo de Pablo


Por Josué I. Hernández


Introducción
  • Hemos sido creados para seguir el ejemplo de otros. Cada cual elige cuál ejemplo seguir (cf. Fil. 3:17; 4:9).
  • Pablo sabía que debía dar un buen ejemplo digno (cf. 1 Cor. 11:1).
  • Timoteo debía persistir siguiendo el ejemplo de Pablo (2 Tim. 3:10,11), pero también debía ser un ejemplo para los demás (cf. 1 Tim. 4:12).
  • Nos están observando. Debemos ocuparnos en dar un buen ejemplo a todos.

I. La enseñanza de Pablo (1 Cor. 4:16,17).
  • Tenía un mensaje consistente, uniforme. Enseñó lo mismo en todas partes y a todas las iglesias.
  • Pablo sabía que Timoteo enseñaría lo mismo que el enseñaba (cf. 2 Tim. 2:2).
  • Nuestro mensaje no debe cambiar según lo que la gente quiera escuchar (cf. 2 Tim. 4:2-5).

La conducta de Pablo (2 Cor. 1:12).
  • Vivió una vida santa y piadosa. Mantuvo una buena conciencia. Esto le daba mucha satisfacción, tranquilidad y paz.
  • Nuestra conducta debe estar en armonía con la palabra de Dios, no con el mundo (cf. Rom. 12:2).

El Propósito de Pablo (Col. 1:28,29).
  • Su propósito al predicar era presentar perfecto en Cristo a toda persona. Esto consumía su tiempo y esfuerzo.
  • Debemos esforzarnos por llevar a toda persona a la obediencia a Cristo (cf. 2 Cor. 10:5).

La fe de Pablo (2 Tim. 1:12).
  • Estaba convencido de que el Señor lo sostendría y recompensaría al final, a pesar de sus sufrimientos.
  • Debemos mirar más allá de las dificultades presentes, y de la mano del Señor extendernos a la recompensa eterna (cf. 2 Cor. 4:17,18; 5:7).

La paciencia de Pablo (1 Cor. 9:3-6, 11,12).
  • Los corintios no lo trataron con justicia; sin embargo, soportó con paciencia la desconsideración de ellos para no obstaculizar el evangelio.
  • Debemos esforzarnos por mantener y fomentar la unidad (cf. Ef. 4:2,3).

El amor de Pablo (1 Tes. 2:7,8).
  • Estaba dispuesto a dar su vida por sus hermanos: esto es amor; sacrificarse por los hermanos.
  • Debemos estimar a los demás como superiores a nosotros (cf. Fil. 2:2-4).

La perseverancia de Pablo (Fil. 3:12-14).

  • Sabía que aún no había alcanzado la recompensa, por lo que continuó avanzando hacia la meta.
  • No importa dónde estemos ahora, o cuán lejos hayamos llegado, debemos ser fieles hasta la muerte (cf. Apoc. 2:10).

Las persecuciones de Pablo (Hech. 21:11-13)
  • Se le advirtió sobre la persecución en Jerusalén, pero estaba dispuesto a enfrentar incluso la muerte si fuera necesario.
  • El sufrimiento por la causa de Cristo no es algo raro (cf. 1 Ped. 4:12-16).

Los sufrimientos de Pablo (2 Cor. 11:23-29).
  • Soportó más por el evangelio de lo que podemos imaginar: persecución, dificultades, incomodidad, estrés, etc.
  • Las penalidades que enfrentamos no son agradables, pero serán para nuestro bien si las soportamos con fe (cf. Sant. 1:2-4).

Conclusión

  • Así como Timoteo debía seguir el ejemplo de Pablo, nosotros también debemos adaptarnos a su modelo conductual.
  • Debemos asegurarnos de que cada área de nuestras vidas permanezca bajo la voluntad de Cristo.
  • Nos están observando, ¿qué ejemplo les damos?