Todas las cosas les ayudan a bien



Por Josué I. Hernández


Romanos 8:28


Introducción
Romanos 8:28,
  • “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (RV).
  • “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito” (LBLA).
  • “Y sabemos que todas las cosas cooperan juntas para el bien de los que aman a Dios, los que son llamados según su propósito” (VM).

Un pasaje de providencia, en la ley natural (no milagroso, que suspende la ley natural).
  • Durante cuarenta años Jehová alimentó a Israel en el desierto con maná que caía directamente del cielo, un milagro (Ex. 16:15; Jos. 5:12).
  • Hoy, Dios nos otorga comida por su providencia (Mat. 6:11; Hech. 14:17; Fil. 4:19).

Clasificación de la providencia:
  • Providencia general. El mantenimiento general del mundo para el bienestar de la humanidad (cf. Mat. 6:26; Col. 1:17; Heb. 1:3).
  • Providencia especial. La obra especial de Dios en particular a favor de su pueblo, como en el caso de Ester (cf. Est. 4:14) o el caso de Ciro (cf. Is. 44:28; 45:1-7).

“Y sabemos que…”
  • Dios no es indiferente a nuestra situación.
  • No hay discrepancia entre ser hijos de Dios y sufrir como cristianos.
  • Dios está llevando adelante su plan.
  • Dios está trabajando en nuestras vidas (cf. Fil. 1:6).
  • Sin embargo, no debemos argumentar acerca de la providencia en base a nuestra propia experiencia (cf. Est. 4:14; Fil. 15).
  • La seguridad no se basa en la especulación, sino en la revelación.

“…todas las cosas…”
¿Qué incluye “todas las cosas”? ¿Qué no incluye “todas las cosas”?
  • “todas las cosas” debe ser interpretado en concordancia con el contexto (8:17-39).
  • Ninguna “cosa” puede frustrar el plan de Dios en los fieles (8:35-39).
  • “todas las cosas” está limitada al contexto, no se refiere a cualquier evento común que pueda suceder en la vida cotidiana (cf. Col. 1:20; Ef. 1:11).
  • Comenta Bill H. Reeves: “todas las cosas” se refieren a todas las cosas ya mencionadas que son para ayudar al cristiano: lo que ha hecho Dios por medio de Jesucristo, nuestros padecimientos por Cristo, nuestra esperanza y paciencia, y la dirección e intercesión del Espíritu Santo (Notas sobre Romanos).
Por lo tanto:
  • No todo lo que sucede es una instancia en la divina providencia.
  • La obra de Dios en su providencia puede tardar años en ser perceptible.
  • La obra de Dios en su providencia no asegura el placer y la recreación.
  • La providencia no invalida el libre albedrío.
  • La providencia no excusa el pecado (cf. Rom. 6:1).

“…les ayudan…” (RV) – “cooperan juntas” (VM).
  • El verbo “sunergéo” (colaborar, ayudar, trabajar, cooperar), es una voz activa, en tiempo presente, e indica la actividad de Dios en marcha.
  • Los elementos involucrados en el verbo sugieren un intrincado plan cuyos componentes están funcionando armoniosamente hacia una gran conclusión.
  • Dios es tan providencialmente activo a favor de su pueblo ahora, como lo fue en el primer siglo.

“…a bien…”
  • Dios permite que “todas las cosas” del contexto trabajen para el “bien” de su pueblo.
  • El adjetivo “agathos” (bien, favor, beneficio), “describe aquello que, siendo bueno en su carácter o constitución, es beneficioso en sus efectos” (Vine).
  • Dios está obrando para el bien último de su pueblo, es decir, el cielo, la gloria eterna.
  • Cada prueba permitida por Dios en nuestra vida formará nuestro carácter (Rom. 5:1-5; Sant. 1:2-4).
  • Cada oportunidad para glorificar a Dios es parte de ese “bien”.

Dios es el gobernante del universo, a pesar de:
  • Las cosas malas que le sucedieron a José.
  • La elección de Saúl como rey.
  • El martirio de Esteban y la persecución subsiguiente.
  • El encarcelamiento de Pablo.
  • Etc.

“…a los que aman a Dios…”
  • Dos caras de la misma moneda, “los que aman a Dios… conforme a su propósito son llamados”.
  • Los que están amando a Dios, son obedientes (Jn. 14:15; 1 Jn. 5:3). La parte humana de la ecuación.
  • Estos obedientes son “los que conforme a su propósito son llamados”. Son la clase de gente del plan de Dios, su pueblo, su iglesia (cf. 1 Ped. 2:9).

“…los que conforme a su propósito son llamados”
Una clase de gente en armonía con el propósito eterno de Dios (Ef. 3:11; 2 Tim. 1:9).
En esta frase varias cosas están implícitas:
  • La esperanza cristiana se basa en Dios, porque él llama (Hech. 2:39).
  • La llamada celestial es por medio del evangelio (Rom. 1:16; 2 Tes. 2:14).
  • No hay llamada directa y aparte de la predicación de la verdad.
  • La llamada celestial es para todo el mundo (Mat. 28:19; Mar. 16:15; Luc. 24:47).
  • No todos participan del llamado (Heb. 3:1).
  • La iglesia de Cristo está compuesta de los que acudieron al llamado (1 Cor. 12:13; Col. 1:18,24).
  • Los cristianos caminan en consideración de su llamado (Ef. 4:1,17).

“todas las cosas”
  • Nos permiten padecer juntamente con Cristo, en paciencia y fidelidad.
  • Nos acercan a Dios y nos enfocan en la eternidad.
  • Están colaborando para nuestra salvación en Cristo.
  • Que son permitidas para nuestra salvación, las agradeceremos en la eternidad.




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