Títulos de Jesús




Por Josué I. Hernández


Introducción
  • Quién es Jesucristo (Jn. 3:16; Hech. 4:12).
  • El Antiguo Testamento señaló su venida (cf. Luc. 24:27; Jn. 5:46).
  • Para conocer a Dios, debemos conocer a Jesús (Mat. 11:27).
  • Para recibir a Dios, debemos recibir a Jesús (Mat. 10:40).
  • Para amar a Dios, debemos amar a Jesús (Jn. 8:42; 16:27).
  • Para venir a Dios, debemos venir a Jesús (Mat. 11:28; Jn. 14:6).
  • Para obedecer a Dios, debemos obedecer a Jesús (Mat. 7:21,24; Heb. 5:9).
  • Para honrar a Dios, debemos honrar a Jesús (Jn. 5:23).

Títulos
  • Un “nombre” es una palabra que distingue e identifica (ej. Gen. 2:19,20).
  • Hay nombres comunes (ej. manzana) y hay nombres propios (ej. “Golden”, un tipo de manzana).
  • El “hombre” es un tipo de ser, el ser humano, pero “Abraham Lincoln” es un nombre propio usado para distinguir a un hombre en particular.
  • Un “título” es una denominación de rango, cargo, dignidad y honor. El nombre de un presidente está adornado con los títulos correspondientes. Así, también, los títulos aplicados a Jesús indican su cargo, dignidad y posición.

Jesús, su nombre
  • Su nombre (gr. “Iesous”) fue elegido y anunciado antes de su nacimiento (Luc. 1:31-33).
  • Jesús es el equivalente griego del hebreo “Josué”. Significa “la salvación es de Jehová”.
  • Su nombre describe su oficio, es decir, lo que él haría, “porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mat. 1:21).
  • Jesús provee salvación (gr. “soteria”) del poder del pecado (Rom. 8:1,2,12-14), de la culpa del pecado (Rom. 5:8,9) y las consecuencias del pecado (cf. Rom. 5:9; 1 Tes. 1:9,10).
  • El nombre Jesús era de uso común, por eso fue identificado como “Jesús nazareno” (cf. Jn. 18:5; Hech. 2:22) o “Jesús el galileo” (Mat. 26:69).

Jesús, maestro
  • El título “Maestro” a menudo fue aplicado a Jesús durante su ministerio terrenal. Él dijo, “Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy” (Jn. 13:13).
  • Didaskalos (de “didasko”, enseñar), “un maestro, en el NT uno que enseña acerca de las cosas de Dios, y los deberes del hombre” (Thayer). Esta palabra se usa en pasajes tales como Mateo 19:16 y Lucas 12:13. Jesús apeló a este título en numerosas ocasiones.
  • Rabbei, “era un término arameo que significaba «mi maestro», título respetuoso para dirigirse a maestros judíos” (Vine). Nicodemo dijo a Jesús, “Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro” (Jn. 3:2; cf. Jn. 9:2).
  • Epistates, “denota jefe, comandante, supervisor. Lo usan los discípulos para dirigirse al Señor, más en reconocimiento de su autoridad que de su instrucción” (Vine). Solo en Lucas, donde aparece 6 veces.
  • Kathegetes, “propiamente un guía (relacionado con kathegeomai, ir delante, conducir; kata, abajo; jegeomai, conducir)” (Vine).

Jesús, Mesías y Cristo
  • “Mesías” y “Cristo” = “Ungido”.
  • Bajo la antigua dispensación mosaica, los sacerdotes fueron ungidos con un aceite especial, el aceite de la unción (cf. Ex. 30:22-30; Lev. 4:3). Los reyes también fueron ungidos (cf. 1 Sam. 10:1). Es interesante notar que David fue ungido en tres ocasiones (1 Sam. 16:13; 2 Sam. 2:4; 5:3).
  • Fue profetizado que el Salvador sería tanto rey como sacerdote (cf. Sal. 110:1-4; Zac. 6:13), uno del linaje de David (2 Sam. 7:12-15; Hech. 2:30). Cumpliendo los dos oficios al mismo tiempo.
  • Jesús es llamado “Cristo” muchas veces (ej. Mat. 16:16; 22:42; 26:63,64).
  • A veces, el título aparece inmediatamente después del nombre personal, de ahí “Jesucristo” (ej. Mat. 1:18; Hech. 8:12; Ef. 2:20).
  • A veces, el título aparece antes del nombre personal, es decir “Cristo Jesús” (ej. Rom. 8:1; 1 Cor. 4:15; Ef. 2:13).
  • A veces, el título “Señor” aparece antes del nombre personal y el título Cristo inmediatamente después, de la siguiente manera: “Señor Jesucristo” (ej. Rom. 5:1; 1 Cor. 15:57).

Jesús, el Señor
  • La palabra griega para “Señor” es “kurios”. Es una palabra con varios usos.
  • El dueño o propietario. Por ejemplo, el dueño de la viña es “el señor de la viña” (Mat. 20:8; cf. Gal. 4:1).
  • El amo a quien se le debe servicio. En Filipos, Pablo y Silas encontraron a una muchacha que “daba gran ganancia a sus amos” (Hech. 16:16; cf. Mat. 6:24).
  • El que gobierna. Cuando Pablo apeló a César, Festo se preocupó por reportar a su “señor” (Hech. 25:26). Jesús es llamado “Señor de señores y Rey de reyes” (Apoc. 17:14).
  • Un título para indicar respeto y cortesía. Pedro nos enseña que Sara llamó a Abraham “señor” (1 Ped. 3:6; cf. Hech. 16:30).
  • En un sentido especial, los judíos usaron “kurios” para honrar a Jehová Dios. Este título, con esta misma connotación, se aplica frecuentemente a Jesús en el Nuevo Testamento (ej. Jn. 20:28).

Jesús, el Salvador
  • Jesús es nuestro Salvador (gr. “soter”), su nombre señala ese título (Mat. 1:20,21; cf. Hech. 4:12).
  • El título “Salvador” significa “libertador, liberador, preservador”.
  • La salvación que el hombre requiere solamente proviene de Dios (Luc. 1:47; Tito 3:4), lo cual es evidencia de la deidad de Jesús, quien “vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” (Heb. 5:9).
  • Es maravilloso encontrar varios títulos agrupados en la persona de Jesús, por ejemplo, “nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Ped. 3:18).

Jesús, el Cordero de Dios
  • Juan el bautista honró a Jesús con este título significativo, diciendo, “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Jn. 1:29; Jn. 1:36; cf. Is. 53:7; cf. Hech. 8:32-35).
  • Los corderos fueron utilizados para sacrificio bajo la ley de Moisés. Jesús es “El Cordero de Dios” porque él es el sacrificio que Dios proveyó a favor nuestro (cf. Ef. 1:7; Apoc. 1:5; 7:14).
  • Como un cordero, adecuado para el sacrificio, Jesús se ofreció a sí mismo por nosotros (1 Ped. 1:18-20).
  • Es interesante notar cuántas veces Jesús es llamado “el Cordero” en el Apocalipsis, ¿las ha contado?

Conclusión
  • Nuestros esfuerzos por reconocer y honrar a Jesús serán recompensados al estudiar los títulos de oficio, rango y dignidad, que ostenta nuestro Señor.
  • “Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos” (Apoc. 5:13).


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