Por Josué I. Hernández
Introducción
- El pecado nunca entrega lo que ofrece (2 Ped. 2:19).
- Usa de engaño (Heb. 3:13).
- Sus deleites son temporales (Heb. 11:25).
- Veamos el caso de Sansón.
- Sansón “Descendió” (Jue. 14:1; cf. Ex. 34:16; Deut. 7:3).
- Despreció la amonestación de sus padres, por una filistea (cf. Jue. 14:3; Ex. 20:12).
- Despreció su voto de nazareo, por la miel (cf. Jue. 14:8,9; Num. 6:6-9).
- Se involucró con una ramera, por el placer del momento (Jue. 16:1).
- Sostuvo una relación de fornicación con Dalila (Jue. 16:4).
- La constante presión de Dalila quebró la voluntad de Sansón (Jue. 16:15-17; Prov. 1:10-16; 4:14,15; cf. Sal. 1:1; 1 Cor. 15:33).
- El pecado engendra más pecado (2 Tim. 2:16-18; 3:13).
El pecado te mantiene más tiempo del que querías usar
- Sansón no quería permanecer atado (Jue. 16:20; cf. 2 Tim. 2:26; Luc. 15:11-17).
- El pecado somete a los pecadores (Rom. 7:22-24; cf. 6:11-14; 6:16-18; Jn. 8:31,32).
El pecado te cuesta más caro de lo que pretendías pagar
- Sansón perdió todo, la comunión con Dios, la vista, la dignidad, la fuerza, la libertad, y, finalmente, su vida (Jue. 16:21,25,30).
- No hay pecador que no tenga que pagar un alto precio.
- ¿Está dispuesto a perder su matrimonio, su honor, su dinero, su salud, su relación con Dios, y la vida eterna?
Conclusión
- Habiéndolo perdido todo, y humillado por las consecuencias de su pecado, Sansón se volvió a Dios, “Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez” (Jue. 16:28; cf. Heb. 11:32).
- Hoy es día de salvación (cf. Hech. 2:38; 8:22; 1 Jn. 1:9).