Por Josué I. Hernández
Introducción
- La gracia de Dios, su maravilloso favor inmerecido, tiene límites.
- Hay cosas que la gracia no puede hacer.
La gracia no puede:
- Contradecir la verdad (Jn. 17:17; Ef. 1:13).
- Santificar a un evangelio corrupto (Gal. 1:6-9).
- Separarse del evangelio (cf. Hech. 20:24,32).
- Santificar la adoración vana (Jn. 4:24; Mat. 15:9).
- Justificar la desobediencia (cf. Rom. 1:5; 10:16; 15:18; 16:26; Heb. 5:9; 1 Ped. 4:17; 2 Tes. 1:8).
- Salvar al desobediente (Hech. 2:38; 8:22; 1 Jn. 1:9).
- Justificar la impenitencia (Rom. 6:1,2,12,13; Gal. 2:18).
- Forzar la obediencia (Gal. 5:4; cf. Sant. 5:19,20; 1 Cor. 10:12).
Conclusión
- Los salvos podrían caer de la gracia (cf. Ef. 2:8; Gal. 5:4; Heb. 6:4-6).
- Corresponde a cada cristiano permanecer firme en la gracia (Rom. 5:2; 1 Cor. 15:1,2).
- La gracia debe ser recibida (cf. Rom. 5:17; Hech. 2:41) y nunca desechada (Gal. 2:21).
- ¿Ha obedecido al “evangelio de la gracia de Dios” (Hech. 20:24)?