Por Josue I. Hernández
Introducción
- El evangelio y la gracia de Dios son inseparables.
- No hay gracia donde no se predique el evangelio.
- No hay salvación por gracia sin obediencia al evangelio.
Lo que la Biblia dice de la gracia, también lo dice del evangelio
- La salvación (Ef. 2:8; 1 Cor. 15:1,2).
- La firmeza (Rom. 5:2; 1 Cor. 15:1; Fil. 1:27).
- La disponibilidad (Tito 2:11; Mar. 16:15; Col. 1:5,6,23).
- La palabra (Hech. 15:7; 20:32; 20:24).
Conclusión
- No se expresa gracia donde no se obedezca el evangelio (Gal. 1:6; 5:4).
- El acto de salvarnos por su gracia es un “don de Dios” condicionado “por medio de la fe” (Ef. 2:8).
- Corresponde a cada cual recibir el don de la abundante gracia (Rom. 5:17) y nunca desecharlo (Gal. 2:21).
- ¿Ha obedecido al “evangelio de la gracia de Dios” (Hech. 20:24)?