Por Josué I. Hernández
Mateo 10:34-39
Introducción
- Jesucristo es el príncipe de paz (Is. 9:6), lo cual es malentendido por muchos, por el tipo de paz que buscan en él (cf. Is. 11:1-9; Mat. 10:34).
- Jesucristo ha hecho posible la paz entre el hombre y Dios, en un cuerpo (Ef. 2:13-22).
- Atacó el problema que ocasionaba la discordia (Is. 59:1,2; cf. Rom. 5:1).
- Trajo la paz mediante su sangre (Is. 53:3).
I. La palabra de Cristo: Una espada que causa de la división
- Cristo mismo identificó la razón de la división (Mat. 10:34).
- La espada de Cristo: Un instrumento de guerra (cf. Apoc. 1:16; Ef. 6:17; Heb. 4:12)
- La reacción del hombre: El real problema (1 Ped. 2:8)
II. La palabra de Cristo: El instrumento de paz
- El mismo instrumento que divide (Ef. 6:17), es el que da la paz (Ef. 6:15).
- En un sentido, Cristo vino con una espada (Mat. 10:34). En otro sentido, Cristo “vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca” (Ef. 2:17; cf. Luc. 1:79; Hech. 10:36).
Conclusión
- La palabra de Dios ocasiona tanto la división como la paz, según nuestra actitud hacia ella.
- Nuestra elección es simple (Sant. 4:4), y en nuestra propia casa se opondrán (Mat. 10:36).