El poder de la oración



Por Josué I. Hernández


Introducción
  • A menudo pequeñas cosas hacen la diferencia: La sal, la gasolina.
  • Cosas que parecen tan pequeñas tienen gran impacto (Sant. 3:3,4).
  • La oración es poderosa, con ella logramos lo que de otra manera no podríamos (Sant. 5:16).

Hay perdón en la oración
  • Por medio de la sangre de Cristo (1 Jn. 1:9; 2:1).
  • Todo cristiano que lo necesite debe hacerlo (Hech. 8:22).

Hay paz en la oración
  • El antídoto contra la ansiedad (Fil. 4:6).
  • El corazón del cristiano será guardado por la paz de Dios (Fil. 4:7).

Hay fuerza en la oración
  • Hay fortaleza para la persona interior cuando oramos por ello (cf. Ef. 3:16,20).
  • Los cristianos deben orar así también

Hay oportunidad en la oración
  • El Señor concede la oportunidad (1 Cor. 3:5).
  • El Señor abre las puertas (1 Cor. 16:9; 2 Cor. 2:12).
  • Pablo enseñó a orar para que las oportunidades continuaran (Col. 4:3).

Hay denuedo en la oración
  • Los apóstoles recibieron denuedo por la oración (Hech. 4:29,31).
  • Pablo pedía que los cristianos pidieran denuedo para él (Ef. 6:19).

Hay sabiduría en la oración
  • No conocimiento, sino la comprensión para hacer el mejor uso del conocimiento disponible.
  • Hay sabiduría para el cristiano que la pide sin dudar (Sant. 1:5-8).

Hay salud en la oración
  • Los enfermos deben llamar para que los ancianos oren por ellos (Sant. 5:14,15).
  • Debemos orar los unos por los otros (Sant. 5:16).

Hay tranquilidad en la oración
  • Dios tiene el control sobre las naciones (Dan. 4:17; Rom. 13:1-7).
  • Somos responsabilizados de orar por nuestro gobierno y nación (1 Tim. 2:1-4; cf. Jer. 29:7).

Conclusión
  • “La oración ferviente del justo tiene mucho poder” (Sant. 5:16, JER).
  • “Orad sin cesar” (1 Tes. 5:17).