Haciendo frutos dignos arrepentimiento



Por Josué I. Hernández

Introducción
  • El perdón de Dios es condicional para el mundano (cf. Hech. 2:38; 22:16), y para el hijo de Dios que hubiere pecado (cf. Hech. 8:22; 1 Jn. 1:9). 
  • El pecado público debe ser abandonado y confesado, y el daño debe ser resarcido; es decir, hay obras dignas de arrepentimiento que exhibir (cf. Luc. 3:8; Hech. 26:20).   
  • Ninguno debe restringirse en exhibir su arrepentimiento (cf. Lev. 5:5; Num. 5:6,7; Rom. 15:4).
 
Exhibiendo el arrepentimiento
  • Onésimo: ¿Por qué Onésimo debía volver a su amo (Fil. 1:10-12) y el daño debía ser enmendado (v.18,19)? ¿Por qué Pablo necesitaba el consentimiento de Filemón (v.13,14)?
  • Pablo: “habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador” (1 Tim. 1:13); “había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret” (Hech. 26:9).   
  • Zaqueo: “si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado” (Luc. 19:8).
  • Los efesios: “venían, confesando y dando cuenta de sus hechos… muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos” (Hech. 19:18-19).
  • David: “Pequé contra Jehová” (2 Sam. 12:13; cf. Sal. 51:1-19; Rom. 15:4).

Confesión pública
  • No arrepentirse porque pecó, sino arrepentirse del pecado que cometió (Hech. 8:22).
  • No confesar que pecó, sino confesar el pecado que cometió (1 Jn. 1:9).
  • Si el pecado ha sido público, la confesión debe serlo también (Sant. 5:16). Santiago habla de una confesión pública (gr. “exomologeo”; cf. Mat. 3:6; Mar. 1:5; Hech. 19:18).

Conclusión
  • El hijo de Dios que pecó de manera pública debe arrepentirse públicamente, procurando cubrir con su arrepentimiento el pecado que cometió.
  • Debemos ayudar a tales hermanos con su carga, “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo” (Gal. 6:2).