De tal manera amó Dios al mundo



Por Josué I. Hernández


Juan 3:16


Introducción 
  • El texto más conocido de la Biblia, lleno de superlativos, palabras supremas que señalan la más grande historia jamás contada.
  • Consideremos lo que niega y lo que afirma el texto.

Lo que niega el texto
(El sufijo “ismo” forma sustantivos que suelen significar doctrina, sistema, escuela o movimiento).
  • Ateísmo. La negación absoluta de la existencia de Dios.
  • Deísmo. La creencia en un dios creador, pero alejado del mundo, y que no se revela. Un dios que, habiéndonos creado, prácticamente nos abandonó.  
  • Agnosticismo. Creencia que sostiene que no se puede, sobre bases sólidas, negar o afirmar la existencia de Dios, porque tal conocimiento está fuera del alcance del ser humano, ya sea por las limitaciones de nuestro intelecto o por evidencia insuficientemente. 
  • Naturalismo. Creencia que niega la posibilidad de que alguna realidad pueda trascender la existencia material. El naturalista insiste en que toda realidad se da en el tiempo y el espacio.
  • Universalismo. Doctrina religiosa que le concede la salvación, o redención, a todo el género humano. Se basa en la creencia de que finalmente todos los seres humanos se van a salvar.
  • Aniquilacionismo. Teoría escatológica que sostiene que los malvados serán destruidos de manera definitiva y total, siendo el castigo de Dios en el infierno es eterno en sus efectos, pero no en su extensión temporal.
  • Humanismo. La devoción a los intereses de la humanidad. Subraya lo adecuado y lo perfecto del hombre. La glorificación del hombre y la proclamación de su suficiencia. El hombre autosuficiente no reconoce su necesidad de Dios.
  • Calvinismo. Sistema de creencias interconectado con cinco puntos cardinales (Depravación total hereditaria, elección incondicional, expiación limitada, gracia irresistible, perseverancia de los santos).

Lo que afirma el texto:

“Porque Dios”. El creador y amo absoluto del universo.
  • “…Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos…” (Ef. 3:20). 
  • “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén” (Rom. 11:33-36).

“de tal manera amó”. La mayor expresión de su ser (cf. 1 Jn. 4:7-10).
  • “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor” (1 Cor. 13:13). 
  • “seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios” (Ef. 3:18,19).

“al mundo”. La humanidad pecadora.
  • “Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero” (1 Tim. 1:14,15).
  • “Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Rom. 5:7,8).

“que ha dado”. El mayor acto de generosidad.
  • “Más bienaventurado es dar que recibir” (Hech. 20:35). 
  • “Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Tim. 2:3,4).

“su Hijo unigénito”. El mayor regalo de Dios. 
  • El Verbo eterno (Jn. 1:1-3; 1:14), el unigénito del Padre (Jn. 1:18), quien es uno con el Padre (Jn. 10:30).
  • “Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva” (Jn. 4:10). 

“para que todo aquel”. La mayor oferta. 
  • Los beneficios del sacrificio del Hijo de Dios son para todos. 
  • Dios no hace acepción de personas. No hay elección incondicional, ni expiación limitada.

“que en él cree”. La mayor condición. 
  • Creer (gr. “pisteuo”) “confiar” (Vine), con la idea de “aferrarse, apoyarse” (Amplified Bible).
  • La fe sola es insuficiente (cf. Jn. 2:23-25; 12:42,43).
  • La fe se realiza, o completa, con la obediencia (Sant. 2:20-24).
  • La fe salvadora actúa (Gal. 5:6).
  • Considérese que el verbo creer está conjugado en presente perfecto, indicando una acción continua, es decir, incesante.  

“no se pierda”. La más grande tragedia. 
  • Perderse (gr. “apolumi”) “La idea que comunica no es la de extinción, sino de ruina; no del ser, sino del bienestar” (Vine).
  • “en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder” (2 Tes. 1:8,9; cf. Mat. 25:46; 2 Ped. 3:9).

“tenga vida eterna”. La más grande promesa. 
  • Eterno (gr. “aionios”) “sin fin, nunca cesará” (Thayer). 
  • “Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos” (Apoc. 7:16,17).

Conclusión
  • Un texto “tan conocido” que nos sigue enseñando y recordando del gran amor de Dios en Cristo.
  • ¿Cómo reacciona usted a ese amor?