La honestidad



Por Josué I. Hernández


“Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros” (Ef. 4:25). 


Introducción
  • Debemos decir la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad, “De palabra de mentira te alejarás…” (Ex. 23:7). 
  • Nuestra esperanza de vida eterna se fundamenta en el hecho de que Dios no miente (Tito 1:2; cf. Sal. 5:4-6). 
 
Jesucristo exige la honestidad
  • No deshonre a Dios con ningún tipo de engaño, deshonestidad o duplicidad (Mat. 5:33-37).
  • La costumbre de crear juramentos no vinculantes no ha pasado de moda.
  • Jesús acepta un solo tipo de habla: Decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.

Jesucristo elogió a Zaqueo
  • Los publicanos eran reconocidos por su deshonestidad (Luc. 19:1-10).
  • Jesús elogió a Zaqueo por su compromiso de honestidad total (Luc. 19:8,9; cf. Luc. 18:13,14).

Dios condena a los miembros de la iglesia que resultan ser mentirosos
  • Ananías y Safira querían ser respetados como Bernabé (cf. Hech. 4:36,37).
  • Mintieron, aunque parecían generosos (Hech. 5:1-10).
  • La muerte de ellos demostró que un acto de generosidad no excusa la mentira (Hech. 5:11).

No podemos hacer males para que nos vengan bienes
  • Calumniaban a Pablo (Rom. 3:7,8).
  • Dios no es glorificado cuando los hombres pecan, Dios condena todo pecado (Rom. 2:11).
  • Si somos deshonestos, para “promover una buena causa”, estamos bajo condenación.
  • Ilustración: Pablo predicó la verdad a pesar de que muchos rechazaban su predicación (2 Cor. 4:1-5).
  • Ilustración: Pablo fue honesto al canalizar la ayuda para los santos pobres de Jerusalén (2 Cor. 8:16-24).
  • Ilustración: Pedro, Bernabé, y varios otros, dejaron de ser honestos por la presión de los judaizantes (Gal. 2:11-13).

Cada cristiano debe ser honesto
  • Algunos aprenden a engañar, manipular y utilizar a las personas para sus propósitos egoístas. 
  • Los santos de Dios aprenden la verdad en amor y crecen hasta la madurez en Cristo (cf. Ef. 4:14,15).
  • Los santos de Dios no se engañan los unos a los otros (Ef. 4:24,25).
  • Los santos de Dios son honestos en los detalles que parecen mínimos (Tito 2:9,10).
  • El viejo hombre está cargado de mentira, fraude, deshonestidad (cf. Rom. 1:29; Col. 3:9,10).

Conclusión
  • No hay esperanza de vida eterna para los mentirosos (Apoc. 21:8).
  • Morir como mentiroso es sellar nuestro destino eterno (Apoc. 22:11-15).
  • Para dejar la mentira, el engaño y el fraude, debemos obedecer a la verdad (Rom. 2:8; 2 Tes. 1:8).