La iglesia universal y la iglesia local



Por Josué I. Hernández


Introducción
  • La palabra iglesia (gr.  “ekklesia”), “los llamados”. Una asamblea, concurrencia o congregación (cf. Hech. 7:38; 19:32,39,40).
  • La iglesia en el sentido universal, el conjunto de almas redimidas, el pueblo de Dios, el reino de los cielos (Mat. 16:18,19).
  • La iglesia local, los cristianos de un área, organizados y trabajando juntos (Hech. 2:42).
  • En el Nuevo Testamento el contraste entre la iglesia universal y la iglesia local es patente.

La iglesia universal
  • Compuesta de todos los salvos, tanto vivos como muertos (cf. Hech. 2:47; Heb. 12:22-24). 
  • Solo hay una (cf. Ef. 1:22,23; 4:4).
  • Comenzó en el día de Pentecostés (cf. Hech. 2:1-47; 11:15). 
  • El ingreso es determinado por el Señor (Hech. 2:41,47). 
  • La membresía en ella asegura la salvación eterna (Ef. 5:23).
  • Está compuesta de los santos (Ef. 5:25-27; cf. Jn. 15:2,6; Rom. 11:19-22; Apoc. 3:16).
  • El Señor sabe quiénes son los miembros (cf. Heb. 12:23; 2 Tim. 2:19).
  • No tiene organización terrenal, es una estructura espiritual (cf. Ef. 2:19-22; 1 Ped. 2:5). 
  • No se puede dividir (Ef. 4:4).
  • La muerte física no afecta la membresía (cf. Heb. 12:22,23; Fil. 1:21-23; 1 Tes. 5:10).

La iglesia local
  • Compuesta de los cristianos de una región (ej. 1 Cor. 1:2; 1 Tes. 1:1).
  • Hay muchas (ej. Rom. 16:16; Gal. 1:2).
  • Comienza cuando cristianos se organizan (ej. Hech. 11:19-26).
  • El ingreso se produce por adhesión (Hech. 9:26-28).
  • En la inscripción está el parecer (opinión, juicio) humano (ej. Hech. 9:26).
  • Puede estar compuesta de salvos y perdidos (ej. 1 Cor. 5:1; 3 Jn. 5,9,10,12; Apoc. 3:1-4). 
  • Alguno podría no pertenecer a ella por un tiempo y ser de los salvos (ej. Hech. 8:39; 9:26; 3 Jn. 10).
  • Tiene organización terrenal (ej. Hech. 11:26; 14:23; 20:17,28; Fil. 1:1)
  • Puede ser dividida (ej. 1 Cor. 1:10; 3:3).
  • La muerte física afecta la membresía (ej. Hech. 8:2).

Conclusión
  • Podemos prevenir muchos problemas con la comprensión adecuada.
  • ¿Es nuestra relación con Cristo y con los hermanos como debería ser?