Por Josué I. Hernández
Marcos 9:43-48
Introducción
- Leer el texto.
- Mientras algunos esperan que Dios obre en sus vidas, Jesucristo enseña que uno tiene la responsabilidad de “cortar” y “sacar”.
- Dios no hará por nosotros lo que debemos hacer por nosotros mismos.
¿Qué
significa esta enseñanza?
- Miembros preciados del cuerpo ilustran lo que motiva el pecado, lo que ocasiona el tropiezo.
- El problema no es el cuerpo, porque la sede del pecado es el corazón (cf. Mar. 7:20-23).
- La medida más drástica debe ser tomada para evitar ser echado al infierno, “al fuego que no puede ser apagado”.
- El infierno es descrito como un basurero, ser echado en él es quedar como basura, “donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga”: Una figura horrenda del castigo eterno.
Quitar
de raíz lo que ocasiona el tropiezo
- La persona misma debe hacerlo. ¡Cristo habla de amputar para vivir!
- Será doloroso, pero Cristo asegura que será lo “mejor”.
- La comunión con Dios y la vida eterna exigen la decisión más drástica.
- Para “ganar” debemos “perder” (cf. Fil. 3:7,8).