Por Josué I. Hernández
Introducción
- El matrimonio y la familia están luchando por sobrevivir, ¿necesita evidencia?
- El problema básico, la ignorancia o desafío de las normas de Dios.
- Dios tiene mucho que decir sobre el matrimonio, él es su autor (Mat. 19:4-6).
La santidad del matrimonio definida
- La santidad se define como la cualidad de ser apartado, dedicado, consagrado, o sencillamente, sagrado.
- Es bíblico hablar del “santo matrimonio” o “el sagrado vínculo del matrimonio” (cf. Heb. 13:4).
- No hay relación humana más sagrada en la cual dos personas puedan participar, “así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mat. 19:6).
La santidad del matrimonio regulada
- El matrimonio es anterior al gobierno civil (Mat. 19:3-6; cf. Gen. 2:18-25).
- El matrimonio está regulado por el Señor Jesús (Mat. 28:18; Hech. 17:30,31; 2 Cor. 5:10).
- Jesucristo enseñó que el hombre puede separar lo que Dios juntó, pero no puede desligarse del pacto matrimonial (Mat. 19:7-9).
- Alguno puede divorciarse legalmente y llegar a vivir en un matrimonio adúltero (Mat. 5:31,32; 19:9).
- Jesucristo permite el repudio sólo por fornicación, y autoriza el nuevo matrimonio al inocente (Mat. 19:9).
Jesús enseñó que algunos podrían permanecer célibes por causa del reino de los cielos (Mat. 19:11,12).
- Al ser repudiados por adulterio, o por cualquier causa, no teniendo derecho a segundas nupcias.
- Por arrepentirse de participar en un matrimonio adúltero.
- Por elegir el celibato, o por no haber encontrado una persona adecuada.
Por boca de Pablo, Jesús enseñó más sobre el matrimonio (cf. 1 Cor. 14:37)
- El matrimonio es de por vida (Rom. 7:1-4).
- Cada persona debe tener su propio cónyuge (1 Cor. 7:2).
- Los cónyuges tienen deberes entre sí (1 Cor. 7:3-5).
- Los cónyuges no deben separarse (1 Cor. 7:10,11).
- Si el cónyuge incrédulo le repudia, lo cual no implica que el cristiano ya tiene la causa para contraer nuevas nupcias, el cristiano no está obligado a cumplir con sus deberes matrimoniales (cf. 1 Cor. 7:3-5,12-16).
El matrimonio es el lugar donde Dios autoriza la intimidad sexual
- No hay otro tipo de relación que lo permita (Heb. 13:4).
- El sexo no ha sido autorizado antes de la boda o durante el noviazgo, sino después de la boda.
- La Escritura responde claramente la pregunta, “¿cuándo es el tiempo correcto?”.
El sexo fuera del matrimonio es fornicación.
- La fornicación es la relación sexual (coito, cópula) antes de casarse (1 Cor. 7:1,2), la relación sexual que involucra al cónyuge de otro (Mat. 19:9), y todas las formas del sexo ilícito (1 Cor. 6:13-18; Jud. 7; Apoc. 2:20,21).
- La fornicación es hacer los miembros de uno, miembros de una persona ajena que no es el cónyuge de uno, por ejemplo, una ramera (1 Cor. 6:16).
- El fornicario queda fuera del reino de Dios (1 Cor. 6:9,10; cf. Gal. 5:19-21; Apoc. 21:8).
- La fornicación no está exenta de problemas físicos y consecuencias psicológicas (ej. enfermedades venéreas, depresión, drogadicción, suicidio).
- Las adolescentes sexualmente activas son cuatro veces más propensas a la depresión que las célibes, llegando, incluso, a intentar suicidarse.
El sexo prematrimonial pone en peligro el éxito del matrimonio.
- Aquellos que tienen más de alguna pareja sexual antes, o fuera del matrimonio, constituyen la tasa más alta de divorcio.
- Sin embargo, las parejas que esperan hasta el matrimonio para practicar el sexo son más fieles, y tienen una tasa baja de divorcio.
Un matrimonio exitoso requiere respeto y confianza mutuos.
- El cortejo es el momento de generar respeto y la confianza que fortalecerán el futuro matrimonio.
- Si los novios fornican antes de casarse, ¿qué seguridad tienen de permanecer fieles después de casarse?
- La santidad del matrimonio se conserva cuando entendemos y aceptamos que el matrimonio es el único reino para la intimidad sexual.
Conclusión
- El matrimonio es una institución sagrada
- El matrimonio es una institución exitosa cuando los cónyuges siguen los mandamientos de Dios.