- En Hechos 14:21-23 leemos que Pablo y Bernabé designaron ancianos durante su primer viaje evangelístico. Más tarde, Pablo ordenó a Tito que hiciera lo mismo en Creta (Tito 1:5).
- Cualquiera que fuere la razón por la cual una congregación del Señor no tiene ancianos, debería ser una situación temporal.
- Comenzaron dondequiera que se predicara el evangelio (ej. Hech. 2:36-47; 11:19-26; 14:21-23).
- Eran grupos de cristianos que se reunían con frecuencia (ej. Hech. 2:42,46; 20:7; cf. Heb. 10:24,25).
- Una pluralidad de pastores, quienes también eran obispos y ancianos (Hech. 14:23; 20:17).
- Asistentes especiales de los ancianos llamados diáconos (cf. Fil. 1:1; 1 Tim. 3:8-13).
- Los miembros en general, llamados cristianos o santos (cf. Hech. 11:26; Fil. 1:1).
- Cada iglesia también podría tener profetas (cf. Hech. 13:1), maestros (cf. Hech. 13:1; 1 Cor. 12:28; Sant. 3:1) y evangelistas (cf. Hech. 21:8; Ef. 4:11; 2 Tim. 4:5).
- Hubo iglesias desorganizadas por un tiempo, por ejemplo, Listra, Iconio y Antioquía, antes de tener ancianos (Hech. 14:21-23), pero, tal condición fue temporal.
- Como si la función de los ancianos solo fue para el primer siglo.
- Como si la necesidad de ellos no existe ahora.
- ¿Malas experiencias? ¿Miedo de lo que podría suceder?
- El pasado no determinará nuestro futuro si seleccionamos a los hombres adecuados.
- Perezosos: “Mejor dejar las cosas así, sería mucho trabajo”.
- Pesimistas: “No va a resultar”.
- Optimistas: “Solo hay que esperar a que las cosas cambien, todo saldrá bien”.
- Egoístas: “Esto interferirá con mis intereses”.
- Insubordinados: “No quiero obedecer a los ancianos”.
- Existe una necesidad imperiosa de hombres calificados para servir como ancianos. Sin ellos, luchamos desde la deficiencia.
- Todos debemos participar para satisfacer esta necesidad