Efesios
2:4-10
- Luego de hacer memoria de nuestra condición sin Cristo, Pablo señaló la intervención de Dios: “Pero Dios” (Ef. 2:4).
- Dios ha exhibido su gracia para con la iglesia (Ef. 2:7)
- Amor (gr. “agape”): “El amor solo puede conocerse a base de las acciones que provoca… no es un impulso que provenga de los sentimientos, no siempre concuerda con la general inclinación de los sentimientos, ni se derrama solo sobre aquellos con los que se descubre una cierta afinidad” (Vine).
- Este amor involucra el intelecto y la voluntad, no se basa en emociones, ni depende de alguna afinidad con el ser amado, es la buena voluntad activa.
- Este amor no se basa en quiénes somos, sino en quién es Dios (cf. 1 Jn. 4:7-10).
- Misericordia (gr. “eleos”): “es la manifestación externa de la compasión; da por sentado la necesidad en aquel que la recibe, y recursos adecuados para afrontar la necesidad de parte de aquel que la exhibe” (Vine).
- El gran amor de Dios lo hace rico en misericordia (cf. 1 Tim. 2:3,4; 2 Ped. 3:9).
- La vida con Cristo es recibida en el bautismo (Col. 2:11-13).
- En la semejanza de su muerte y su resurrección (Rom. 6:3-6).
- Cuando todo pecado es lavado en la sangre de Cristo (Hech. 2:38; 22:16).
- La salvación por gracia es “don de Dios” y “no por obras, para que nadie se gloríe”. Dios tomó la iniciativa y expresó su gracia para salvarnos, porque ninguno puede salvarse por obras aparte del evangelio (cf. Tito 3:5).
- La salvación por gracia se recibe mediante la fe, la cual es una obra (Jn. 6:29).
- La fe obra por el amor (Gal. 5:6).
- La fe sin obras es muerta (Sant. 2:26).
- La iglesia es una creación de Dios; “hechura” (gr. “poiema”), “de donde se deriva la palabra castellana poema” (Vine).
- El objetivo de Dios: Que hagamos buenas obras, “las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Ef. 2:10; cf. Ef. 4:1; Mat. 5:16; Tito 2:14; 3:1,8,14).
- La salvación por gracia involucra el gran amor y misericordia de Dios para darnos vida en Cristo resucitándonos con él.
- La salvación por gracia es recibida por el esfuerzo de fe, es decir, por la obediencia al evangelio de Cristo.