Por Josué I. Hernández
- Una instrucción detallada (Sant. 1:2-5).
- Un reconocimiento de la providencia y bondad de Dios (Sant. 1:17).
- La queja está prohibida (cf. Fil. 2:14; 1 Cor. 10:10).
- La rebelión contra Dios está condenada (cf. Heb. 3:7-19).
- El gozo no está en las circunstancias, sino en la relación con el Señor (cf. Fil. 4:4; Jn. 15:11; 1 Jn. 1:4).
- Debemos recibir esta instrucción con mansedumbre (Sant. 1:19-21).
- La paciencia es pasiva y activa; pasiva, sobrellevando, aguantando, tolerando (cf. 1 Ped. 2:20); y activa, perseverando, persistiendo (cf. Rom. 2:7).
- La hamaca no desarrolla los músculos, tampoco las circunstancias cómodas desarrollan el carácter.
- Debemos usar bien la mente (cf. Sant. 5:7,8,11).
- El perfeccionamiento requiere pruebas (cf. 1 Ped. 1:7).
- La resistencia perseverante, es el resultado primario (cf. Rom. 5:3,4).
- La paciencia hará su obra con tiempo, y producirá un carácter aprobado: “y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte nada” (Sant. 1:4; LBLA).
Pedir: “tiene falta de sabiduría, pídala a Dios”.
- La oración no reemplaza al estudio bíblico (Sant. 1:21-25; cf. Col. 1:9-12; 3:16; 2 Tim. 3:16,17).
- La oración no reemplaza al buen juicio (cf. 1 Tes. 5:21).
- La sabiduría no trata del “qué” sino del “cómo”.
- Debemos aceptar la voluntad de Dios en nuestras vidas (Rom. 12:2).
- Necesitamos paciencia y humilde dependencia de Dios (cf. Sant. 1:23).
