Salmo 133
Introducción
- Este salmo describe la bendición de la unidad entre el pueblo de Dios, calificándola como buena y deliciosa.
- La palabra “bueno” (excelente) es la misma palabra que se usa para la creación de Dios (cf. Gen. 1:4,31).
- La palabra “delicioso” (placentero, encantador) es asociada muchas veces con el dulce sonido de la alabanza (cf. Sal. 135:3; 147:1).
- Por lo tanto, aquí tenemos algo que es bueno y delicioso para Dios y los fieles de él.
- Debemos alzar los ojos para apreciar la armonía deliciosa descrita en este salmo.
I. La unidad de Dios
- El salmista no habla del mundo viviendo en unidad. Este es un pensamiento agradable, pero no es realista. Jesús trajo paz a la tierra, pero no una paz social (cf. Luc. 2:14; Jn. 14:27; 16:33).
- No toda “unidad” es buena y deliciosa. La unidad con el mundo es enemistad contra Dios (cf. Sant. 4:4; Jn. 15:18,19). Así también, la unidad con el error religioso nos quita de la comunión con Dios y su pueblo (cf. 1 Jn. 1:5-7; 2 Jn. 9-11).
- El mundo religioso promueve la “unidad en la diversidad”, pero nosotros debemos mantener y fomentar “la unidad del Espíritu” (cf. Ef. 4:1-3; 1 Cor. 1:10).
II. La unidad de distinción
- La unidad del pueblo de Dios es como el aceite de la unción, el cual se usó para consagrar a Aarón (Ex. 30:30). Este aceite lo consagró a Dios. Así también nosotros, debemos ser apartados, dedicados, consagrados (1 Ped. 1:15,16; 2:9).
- Jesús oró para que sus seguidores permanecieran unidos, en la unidad de él con el Padre (Jn. 17:20,21). Esto es algo que el mundo puede notar, es algo distintivo (cf. Jn. 13:34,35).
- Esta unidad es la consecuencia de la obediencia (1 Jn. 1:7), donde cada cual guarda todas las cosas que Cristo ha mandado (Mat. 28:20).
III. La unidad de bendición
- El salmo 133 describe la unidad en sí misma como una bendición, pero también indica el lugar en el que recibimos las bendiciones de Dios (“allí”, v.3).
- El Señor nos reunió en su iglesia (Ef. 2:13-16) donde todas las bendiciones se encuentran (Ef. 1:3). Estar “en Cristo” es igual a estar en su iglesia (cf. Ef. 1:22,23; 1 Cor. 12:13).
- El salmo 133 especifica, “bendición, y vida eterna” en esta unidad (v.3). Jesús es el Salvador del cuerpo (Ef. 5:23), por lo tanto, necesitamos ser añadidos a su iglesia (Hech. 2:47) y ser miembros activos en ella (Ef. 4:16).
Conclusión
- La unidad entre el pueblo de Dios es buena y deliciosa.
- Esta unidad es de Dios, es de distinción, y es de bendición.