Dignos


Por Josué I. Hernández

Introducción
  • Sin discusión alguna, hay un sentido en el cual todos somos indignos ante Dios (cf. Is. 6:5; Rom. 3:23; Luc. 15:21).
  • Pero, en Cristo somos dignificados (cf. Luc. 15:22-24; Ef. 2:12,13,16).

I. Algunos no son aptos para el reino de Dios
  • Los de doble ánimo y de corazón dividido (cf. Luc. 9:62; Heb. 3:14; Sant. 4:8).
  • Los que se oponen a Dios (Mat. 22:7,8; Jn. 12:48; Rom. 1:32).
  • Los pecadores obstinados (Heb. 10:26-31).

II. Dios nos hace dignos cuando:
  • Recibimos las buenas nuevas en Cristo (cf. Mat. 10:11-14; Hech. 13:46).
  • Amamos a Jesucristo (Mat. 10:37,38).
  • Nos arrepentimos (Luc. 15:17-32).
  • Permanecemos velando en oración (Luc. 21:36).
  • Estamos dispuestos a sufrir afrenta por causa de Cristo (cf. Hech. 5:41; 2 Tes. 1:4,5).
  • Andamos como es digno de nuestra vocación (Ef. 4:1; Fil. 1:27,28; Col. 1:10; 1 Tes. 2:12).
  • Somos puros (Apoc. 3:4; cf. Mat. 5:8).

Conclusión
  • El Señor Jesucristo es digno de nuestra adoración y completa fidelidad (Apoc. 5:11-14).
  • El Señor Jesucristo ha consumado el plan de redención (Apoc. 5:1-10).
  • Usted puede ser hecho digno hoy (Hech. 22:16; Apoc. 1:5).
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