El cumplimiento del tiempo


Por Josué I. Hernández

Gálatas 4:4,5


Introducción
Jesucristo, el Hijo de Dios, vino en el momento justo del esquema divino de las cosas. Durante siglos este tiempo estuvo preparándose, y diversos elementos socio-culturales contribuyeron a ello.
  • Los judíos, con el concepto de monoteísmo, y sus Escrituras con decenas de profecías relativas al Mesías.
  • Los griegos, con el lenguaje más preciso para la transmisión del pensamiento humano que el mundo jamás había conocido.
  • Los romanos, con la paz romana y los maravillosos sistemas de transporte y comunicación.
Cuando Jesús nació fue de hecho “la plenitud de los tiempos”:
  • “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos” (Gal. 4:4,5).
  • “Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, a fin de que redimiera a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción de hijos” (Gal. 4:4,5, LBLA).

“Pero”
  • El contraste entre la esclavitud y la libertad (Gal. 4:1-3)
  • La diferencia la hizo Dios.

“cuando vino el cumplimiento del tiempo”
  • “…el tiempo señalado por el padre” (Gal. 4:2).
  • “En la dispensación del cumplimiento de los tiempos” (Ef. 1:9,10).
  • El tiempo indicado por los profetas (Ej. Gen. 49:10; Is. 9:6,7; Miq. 5:2; Dan. 2:44; Hech. 3:24).
  • La promesa fue cumplida (Gen. 3:15; 12:3; Deut. 18:15; 2 Sam 7:12-16). Muchas declaraciones indicaban esto, por ejemplo: “…El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Mar. 1:15). “…Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (Luc. 4:21).
  • La dispensación del evangelio es el último tiempo, “los postreros días” (Hech. 2:16,17; Heb. 1:1,2; 1 Ped. 1:20; 1 Jn. 2:18).
  • Dios ha intervenido en la historia para cumplir su promesa, el Mesías ha venido, podemos ser salvos: “…Todo está dispuesto; venid a las bo­das” (Mat. 22:4). “En tiempo aceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación” (2 Cor. 6:2).

“Dios envió a su Hijo”
  • El Hijo de Dios es preexistente a su nacimiento (Jn. 1:1,2,14).
  • Siendo igual al Padre, es eterno (Fil. 2:6).

“nacido de mujer”
  • Dejando su trono de gloria, se hizo hombre (Heb. 2:9,14-16).
  • La simiente de la mujer que vino para herir a la serpiente en la cabeza (Gen. 3:15).
  • Descendiente de Abraham y David (Mat. 1:1; Rom. 1:3; Gal. 3:16).

“y nacido bajo la ley”
Nació bajo la ley para tomar el lugar de los nacidos bajo la ley, sujetándose a sí mismo a la misma posi­ción de ellos. Llevó el yugo insoportable de la ley (Hech. 15:10).
  • Circuncidado al octavo día (Luc. 2:21).
  • Presentado en el templo (Luc. 2:22-24).
  • Asistía a la sinagoga y participaba en los estudios (Luc. 4:16).
  • En­señaba a los judíos que deberían guardar toda la ley, aun los mandamientos más pe­queños (Mat. 7:18,19; 23:3,4).

“para que redimiese a los que estaban bajo la ley”
La ley no proveyó de un Salvador: “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición” (Gal. 3:13).


“a fin de que recibiésemos la adopción de hijos”
El Padre adopta a los esclavos para que sean herederos por medio de la obra re­dentora de Jesucristo (Efes. 2:12,13,16).


Conclusión
  • La Biblia testifica acerca de la preparación providencial de Dios en anticipación del envío de su Hijo.
  • La muerte de Cristo era necesaria, incluso para los que vivían bajo la ley de Moisés (Gal. 4:5).
  • Los sacrificios de animales de ese sistema fueron incapaces de proporcionar el remedio definitivo por las transgresiones (cf. Heb. 9:15-17; 10:4).



Artículo Anterior Artículo Siguiente