Por Josué I. Hernández
“no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca” (Heb. 10:25).
Introducción
- El pasaje evidentemente expresa una prohibición. Dice “no”, por lo tanto, indica una proscripción, algo que está prohibido.
- Pero, ¿qué es lo que se está prohibiendo? Claramente hay una cosa que no debemos dejar de hacer. ¿Podemos saber qué es lo que no debemos dejar?
- Varias posturas se han expresado respecto a este pasaje, y en el presente artículo queremos examinar brevemente algunas de ellas.
#1 No podemos estar seguros de lo que significa.
- Algunos hermanos afirman que no podemos saber lo que Hebreos 10:25 dice. Simplemente no podríamos interpretarlo de la misma manera por lo enigmático que es.
- Dicen que hay cosas “difíciles de entender” (2 Ped. 3:16), y argumentan como si Hebreos 10:25 es una cosa imposible de entender.
- Por lo tanto, según esta posición, podemos contentarnos con no entender Hebreos 10:25 y dejar de intentarlo.
#2 Necesitamos la opinión de otros.
- Algunos afirman que se requiere información adicional para entender Hebreos 10:25, consultando lo que otros han dicho, y cruzar los dedos para algún hermano nos rasque la “comezón de oír” (2 Tim. 4:3).
- Esta posición tiene un problema fundamental, pone la esperanza en algún hermano que nos diga que “dejar de congregarse no es tan grave”.
#3 Podemos dejar de congregarnos.
- Hay quienes afirman que Hebreos 10:25 autoriza el dejar de congregarnos, porque la frase indica que no se haga según la costumbre de algunos.
- Según esta doctrina, el dejar de congregarse para trabajar o estudiar no es una violación de Hebreos 10:25.
- En conclusión, si nosotros dejamos de congregarnos no estamos dejando de hacerlo, ¿no es esto una evidente contradicción?
#4 Se refiere a la reunión dominical.
- Algunos afirman que Hebreos 10:25 es una prohibición de ausentarse a la reunión dominical, porque las demás reuniones son secundarias y sin mayor valor.
- Dicho de otro modo, según esta posición, Hebreos 10:25 enseña que no debemos dejar de congregarnos los domingos, por lo tanto, podemos ausentarnos cualquier otro día excepto el domingo.
#5 No debemos dejar de congregarnos.
Creemos que el significado y aplicación son evidentes. Por lo tanto, podemos estar seguros de lo que Hebreos 10:25 significa, y no necesitaríamos demasiada reflexión para entenderlo.
Preste atención a la estructura de la frase “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre” (Heb. 10:25).
- NO (gr. “me”), una negación absoluta. ¿Podría un “no” significar “sí”?
- DEJANDO (gr. “enkataleipo”), abandonar, desamparar, dejar atrás. Por ejemplo, “Porque no dejarás mi alma en el Hades” (Hech. 2:27), “No te desampararé, ni te dejaré” (Heb. 13:5).
- CONGREGARNOS (gr. “episunagogue”), reunirse en un solo lugar. Esta es una referencia al momento en el cual “toda la iglesia se reúne en un solo lugar” (1 Cor. 14:23). Esta es la cosa que no se debe dejar de hacer. Dicho de otro modo, está prohibido el dejar de congregarnos.
- ALGUNO (gr. “tis”), cualquiera.
- COSTUMBRE (gr, “ethos”), hábito, manera.
Importante
- Algunas versiones traducen, “sin abandonar nuestras asambleas, como algunos acostumbran hacerlo” (JER); “no abandonando vuestra asamblea, como es costumbre de algunos” (NC); “no abandonando nuestra congregación, como es la costumbre de algunos” (VM).
- Francisco Lacueva, en su interlineal griego-español, traduce, “no abandonando la asamblea de vosotros como algunos (tienen) costumbre”.
- “La persecución y la oposición en general desanimaba a muchos hermanos hebreos y causaba que dejaran de congregarse con los santos para culto público. Esto era pecaminoso” (B. H. Reeves), entonces el autor inspirado amonestó a los hebreos a no seguir ese mal ejemplo y animó a los hebreos a no dejar de congregarse o reunirse, lo cual es la característica básica de una iglesia de Cristo.
- ¿Qué significa “no dejar de congregarse”? Exactamente eso, “no dejar de congregarse”. No significa algo diferente a lo que todos podemos entender cuando aceptamos la verdad de Dios tal como nos es expresada.
Conclusión
- En algún lugar del mundo santos de Dios sufrirán enfermedad invalidante o cárcel (cf. Mat. 25:36; 2 Tim. 4:9), persecución severa (Hech. 8:1), deportaciones (Hech. 18:2), guerras, pestes o terremotos (cf. Mat. 24:6,7), y tales circunstancias graves impedirán que ellos se congreguen por un tiempo. Pero, el enfoque de nuestro estudio es otro y el lector es responsable de ser entendido de cuál sea la voluntad de Dios (Ef. 3:4; 5:17).
- Que amemos al Señor nuestro Dios con todas nuestras fuerzas (cf. Mar. 12:30), mientras hacemos todo en el nombre del Señor (Col. 3:17) y como para el Señor (Col. 3:23), negándonos a nosotros mismos y llevando cada día nuestra propia cruz (Luc. 9:23).
- “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca” (Heb. 10:25).