Por Josué I. Hernández
Introducción
- Reconocemos que Jehová obra en los asuntos de los hombres, pero no por milagro; más bien, Dios obra a través del proceso que llamamos “providencia”. El mundo religioso es un ambiente de extremismo. Algunos alegan, por ejemplo, que si Dios existe, no tiene contacto alguno con la humanidad. Él es una deidad distante desinteresada (deísmo). Otros, por el contrario, afirman que prácticamente todas las actividades de la Deidad son milagrosas. Milagros, alegan, se están produciendo en abundancia todos los días.
- Un pasaje maravilloso de profecía y de providencia es Éxodo 34:23,24. Y, enseguida veremos los elementos de este pasaje en su contexto: “Tres veces en el año se presentará todo varón tuyo delante de Jehová el Señor, Dios de Israel. Porque yo arrojaré a las naciones de tu presencia, y ensancharé tu territorio; y ninguno codiciará tu tierra, cuando subas para presentarte delante de Jehová tu Dios tres veces en el año” (Ex. 34:23,24).
La promesa a la nación de Israel en el desierto del Sinaí es una vez más confirmada (cf. Gen. 15:13-16).
- Jehová Dios les daría la tierra, a pesar de que ellos constituían una fuerza de combate pequeña (Num. 26:51) para las ciudades fortificadas de Canaán.
- Dos acontecimientos sobrenaturales dan a conocer que Jehová Dios fue quien hizo la diferencia para la conquista de Canaán (Jos. 6; 10).
- Además, Dios envió “la avispa” para suavizar al adversario (Ex. 23:28; Deut. 11:25; Jos. 24:12).
- Dios haría aumentar sus fronteras (cf. Gen. 15:18; 17:8; Jos. 21:43-45). Esta región en última instancia fue gobernada por Salomón (1 Rey. 4:21; 2 Cron. 9:26).
La promesa a la nación de Israel en el desierto involucró la responsabilidad de que todo varón se presentara delante de Jehová tres veces al año.
¿Presentarse delante de Jehová? ¿A caso no estamos siempre delante de él?
- Dios lo sabe todo (1 Jn. 3:20).
- Desde el cielo nos ve a todos (Sal. 33:13,14).
- Nadie puede esconderse de Dios (Jer. 23:23,24).
- Todas las cosas están desnudas y abiertas ante sus ojos (Heb. 4:13).
Presentarse delante del Señor es una frase que llegó a usarse en un sentido técnico para denotar la comunión con Dios en el lugar de adoración, el santuario sagrado (Deut. 12:5; 16:16).
- Al principio fue Silo, donde el tabernáculo fue depositado por un tiempo (Jue. 18:1,31; 1 Sam. 1:3,9; Sal. 78:60; Jer. 7:12,14; 26:6,9).
- Más tarde fue el templo de Jerusalén (Sal. 43:3; Is. 1:12; 8:18; Jer. 31:6).
- La exactitud profética se muestra en la frase, “cuando subas para presentarte delante de Jehová tu Dios…”.
La promesa a la nación de Israel en el desierto involucró la seguridad de que todo varón se presentara delante de Jehová sin preocupación de los enemigos
- Algunos creen que la carga de la responsabilidad recaía sobre todo varón mayor de veinte años (cf. Num. 1:3). Las mujeres y los niños podían hacer el viaje (cf. Luc. 2:41), pero no estaban obligados asistir.
- Los tres viajes anuales fueron la fiesta de los panes sin levadura (Ex. 12; 23:15). La fiesta del Pentecostés (Ex. 23:16; Hech. 2:1). La fiesta de la cosecha (Ex. 23:16).
- Cada varón debía llevar ofrenda a Jehová (Deut. 16:16,17).
- A los varones de Israel Dios les prometió que si confiaban en él para obedecerle, “nadie codiciará tu tierra cuando subas tres veces al año a presentarte delante del SEÑOR tu Dios” (Ex. 34:24, LBLA).
Conclusión
- ¿Cómo Jehová Dios podría dirigir dichas disposiciones y a la vez respetar la libertad humana de pensamiento y elección? Este es un enigma maravilloso de la providencia de Dios.
- Es un hecho bien conocido que los judíos que asistieron jamás experimentaron miedo al peligro, y sus enemigos más cercanos jamás los invadieron durante las jornadas sagradas.
- Cristo nos dice algo similar a nosotros que somos asediados por las preocupaciones del futuro, “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mat. 6:33).