Acuérdate de tu creador en los días de tu juventud


Por Josué I. Hernández

Eclesiastés 11:9 – 12:1


Introducción
Salomón ofreció a los jóvenes las siguientes exhortaciones:
  • Alégrate: “Alégrate, joven, en tu mocedad, y tome placer tu corazón en los días de tu juventud. Sigue los impulsos de tu corazón y el gusto de tus ojos; mas debes saber que por todas estas cosas, Dios te traerá a juicio” (11:9, LBLA).
  • Quita: “Por tanto, aparta de tu corazón la congoja y aleja el sufrimiento de tu cuerpo, porque la mocedad y la primavera de la vida son vanidad” (11:10, LBLA).
  • Acuérdate: “Acuérdate, pues, de tu Creador en los días de tu juventud” (12:1).
  • Considera: “antes que vengan los días malos, y se acerquen los años en que digas: No tengo en ellos placer” (12:1).
Es fácil encontrar a jóvenes siguiendo la primera exhortación, pero ¿qué de las exhortaciones restantes?

I. La juventud no tiene garantía de futuro
  • La muerte no hace acepción de personas (ej. accidentes, enfermedades). A nadie se le promete el futuro (cf. Ecles. 9:11). La vida “es neblina” (Sant. 4:14-17; cf. 1 Cor. 7:29-31).
  • El Señor viene en juicio (2 Ped. 3:7-11; 2 Tes. 1:7-9). Sin duda alguna, habrá jóvenes en aquel día.

II. La juventud es tiempo de siembra
Cada joven cosechará lo que sembró (cf. Gal. 6:7,8).
  • Semillas de rebelión (Tito 3:1,2; cf. Rom. 13:1,2).
  • Semillas de mentira (Tito 1:12,13).
  • Semillas de fraude (Tito 2:10).
  • Semillas de fornicación (Tito 2:12; cf. Prov. 5:11-14).
  • Semillas de drogas (Gal. 5:20; cf. 1 Cor. 6:19,20).
Una buena siembra asegura una próspera cosecha.
  • Respeto y subordinación (cf. Ef. 6:1-3).
  • Dominio propio (1 Cor. 9:27).
  • Obediencia a Cristo (Heb. 9:27).
  • El fruto del Espíritu (Gal. 5:22-24; 6:8).
  • Un ejemplo para otros (1 Tim. 4:12; cf. Tito 2:7).

Conclusión
  • No podemos obligarle a recordar a Dios en los días de su juventud. Podemos señalar las maldiciones si no lo hace. Podemos señalar las bendiciones si lo hace.
  • “Alégrate, mozo, en tu mocedad, y alégrese tu corazón en los días de tu juventud; sigue los impulsos de tu corazón y los atractivos de tus ojos, pero ten presente que de todo esto te pedirá cuenta Dios” (Ecles. 11:9, NC).
  • “Basta de palabras. Todo está dicho. Teme a Dios y guarda sus mandamientos, que eso es ser hombre cabal. Porque toda obra la emplazará Dios a juicio, también todo lo oculto, a ver si es bueno o malo” (Ecles. 12:13,14, JER).




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