Fe realizada en obras (II).



Por Josué I. Hernández


Introducción
  • La fe reconoce el valor de las pruebas (Sant. 1:2-11), no cede a la tentación (Sant. 1:12-20) y obedece a la palabra de Dios (Sant. 1:21-27).
  • La fe que no obra, es una fe muerta, una fe cadáver (cf. Sant. 2:17,20,26).

La fe no alberga prejuicios (Sant. 2:1-13).
  • La “fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo” y el favoritismo no pueden coexistir (Sant. 2:1-9; cf. Lev. 19:15; Prov. 14:20,21; Jn. 7:24).
  • Por lo tanto, el favoritismo demuestra inmadurez (Sant. 1:4) y corazón dividido (Sant. 1:8; 4:8).
  • Por lo tanto, el favoritismo se opone a Dios (Hech. 10:34,35), al plan de Dios (Sant. 2:5), al pueblo de Dios (Sant. 2:6; cf. Rom. 12:16) y a la palabra de Dios (Sant. 2:8,9; cf. Rom. 13:8-10).
  • La “fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo” no racionaliza el pecado, aunque la ofensa nos parezca “un punto” (Sant. 2:10-13).

La fe sola no logra la salvación (Sant. 2:14-20).
  • La fe sola es insuficiente (Sant. 2:14; cf. Heb. 10:36-39).
  • La fe sola es infructífera (Sant. 2:15,16).
  • La fe sola es una fe cadáver, sin vida, sin movimiento, sin acción (Sant. 2:17).
  • La fe sola no se ve (Sant. 2:18).
  • La fe sola es la fe de los demonios (Sant. 2:19).
  • La fe sola es defendida por un hombre vano (Sant. 2:20).

La fe salvadora es la fe que se realiza en la obediencia (Sant. 2:21-26).
  • La fe de Abraham fue completada, o realizada, en obediencia (Sant. 2:21-23; cf. Heb. 11:17).
  • La fe salvadora es la fe obediente (Sant. 2:24-26; cf. Heb. 5:9).

Conclusión
  • La fe salvadora es la fe que se realiza, o completa, en la obediencia. He aquí la obediencia de fe (Rom. 1:5; 15:18; 16:26).
  • Creer a Dios es obedecer a Dios, y al obedecerle somos “amigos de Dios”.


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