Por Josué I. Hernández
Introducción
- La fe está en la base de la vida en Cristo (cf. Jn. 20:30,31; Ef. 2:8).
- El Nuevo Testamento nos enseña el tipo de fe que agrada a Dios (cf. Rom. 10:17; Heb. 11:1,6). La fe debe obrar, actuar, producir (“Por la fe”, Heb. 11).
- La fe verbal no es suficiente (Luc. 6:46).
- La fe mental no es suficiente (Jn. 12:42,43).
- La fe se expresa en acciones (Gal. 5:6).
- La epístola de Santiago señala que la fe se completa, o realiza, en obras; es decir, en la acción.
La fe reconoce el valor de las pruebas (Sant. 1:2-11).
- Tiene por sumo gozo la llegada de las pruebas (Sant. 1:2), mirando más allá del presente (cf. 2 Cor. 4:16-18; Heb. 12:2).
- Sabe que las pruebas producen paciencia, es decir, fortaleza, aguante, resistencia (Sant. 1:3).
- Deja que la paciencia realice su obra (Sant. 1:4).
- Busca sabiduría en Dios (Sant. 1:5-8).
- Reconoce cómo las posesiones, o la falta de ellas, son una prueba en sí mismas (Sant. 1:9-11; cf. Luc. 1:52; 1 Cor. 3:21-23; Fil. 2:5-8).
La fe no cede a la tentación (Sant. 1:12-20).
- Hay bienaventuranza en soportar la tentación y resistir la prueba (Sant. 1:12).
- La tentación consta de un proceso sencillo (Sant. 1:13-16).
- La fe recuerda la fuente de toda bendición (Sant. 1:17).
- La fe recuerda cómo Dios ha usado su palabra para darnos la vida (Sant. 1:18).
- La fe aplica dominio propio ante la palabra de Dios (Sant. 1:19,20).
La fe obedece a la palabra de Dios (Sant. 1:21-27).
- Se limpia, se purifica, a sí mismo (Sant. 1:21; cf. 1 Ped. 2:1).
- Es hacedor de la palabra (Sant. 1:22; cf. Mat. 7:21-27).
- Halla su bienaventuranza en la obediencia (Sant. 1:25).
- Practica la religión pura y sin mácula (Sant. 1:26,27; cf. Miq. 6:6-8; 2 Cor. 13:5).
Conclusión
- La fe es puesta a prueba todos los días.
- La fe se expresa en obras, es decir, acciones que vencen al mundo (1 Jn. 5:3,4).