El hombre, desde el principio



Por Josué I. Hernández


Introducción
  • La intimidación es poderosa (cf. Fil. 1:27,28; Apoc. 2:10).
  • Los evolucionistas intimidan para que su doctrina materialista se imponga.
  • Algunos han abandonado toda confianza en la revelación bíblica acerca del origen del hombre. Otros, han buscado alguna alianza, o compromiso, entre los conceptos naturalistas del evolucionismo y el registro bíblico de la creación.
  • El esfuerzo por conciliar el creacionismo bíblico con el evolucionismo naturalista es llamado “evolución teísta”.

La edad de la tierra
  • Un área de compromiso: Relacionar el relato bíblico con las teorías geológicas y antropológicas sobre la edad de la tierra.
  • Los evolucionistas sostienen que la tierra tiene alrededor de 4.500 millones de años.
  • La estimación no se basa en hechos científicos. Necesitan vastas eras de tiempo para el proceso evolutivo (tiempo + azar).

¿Cuánto tiempo lleva el hombre en la tierra?
  • Según los evolucionistas, el hombre es “un recién llegado” en comparación con formas de vida más antiguas y la tierra misma.
  • Si la tierra tiene 4.500 millones de años, y el hombre es un recién llegado, la historia humana en la tierra es reciente.
  • La Biblia afirma que la tierra y la humanidad fueron creados en la misma semana (Gen. 1; cf. Ex. 20:11) por la palabra de Dios (cf. Sal. 33:9; Heb. 11:3).

Desde el principio
  • Jesucristo dijo, “Pero desde el principio de la creación, Dios LOS HIZO VARÓN Y HEMBRA” (Mar. 10:6, LBLA).
  • El profeta Isaías señaló la existencia humana como remontándose al comienzo mismo (Is. 40:21).
  • El apóstol Pablo indicó que el hombre ha podido contemplar la evidencia de la existencia de Dios desde la creación del mundo (Rom. 1:20).
  • Hay muchos pasajes dignos de nuestro estudio (ej. Mar. 13:19; Luc. 11:50-52; Jn. 8:44; 2 Ped. 3:4).

Conclusión
  • Por el uso de la ciencia el hombre no puede saber la edad de la tierra.
  • No comprometamos el registro bíblico de la historia de la tierra, y la humanidad en ella, con el fin de aplacar una infidelidad irrazonable, desleal y desesperada.




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