Los chismes y el chismear



Por Josué I. Hernández


“Las palabras del chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta las entrañas” 
(Prov. 18:8).


Introducción
  • El chisme no es un problema nuevo (Jer. 6:28; cf. Lev. 19:16).
  • Ilustración sobre la viuda joven, de la alta sociedad.
  • Cristo dijo, “de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado” (Mat. 12:36,37).

¿Qué es un chisme?
  • “Noticia verdadera o falsa, o comentario con que generalmente se pretende indisponer a unas personas con otras o se murmura de alguna” (RAE).
  • “Noticia verdadera o falsa con que se murmura o se pretende difamar” (Larousse).

Entonces, un chisme:
  • No tiene que ser mentira, puede ser verdad.
  • Es información de segunda mano.
  • Resulta en una conclusión incorrecta.
  • Es potenciado por la malicia (cf. Rom. 1:30-32).

¿Qué opinión tiene Dios del chisme?
  • Peor que el robo (Prov. 22:1).
  • Lo odia (Prov. 6:16-19).
  • El justo lo aborrece porque teme a Dios (Sal. 15:1-5).
  • Contrario a la enseñanza de Cristo (Mat. 5:44; cf. Rom. 12:14).
  • Nos mata (1 Ped. 3:9-12).

El chisme es contrario al ejemplo de:
  • Cristo (Luc. 23:34; 1 Ped. 2:21-23; cf. Rom. 8:29).
  • Esteban (Hech. 7:60).
  • Pablo (2 Tim. 4:16).

¿Cuál es la solución para los “chismes”?
  • Rehusar escucharlos (Prov. 26:20).
  • Obtener los hechos de primera mano (Jn. 7:51).
  • Refrenar la lengua (Prov. 11:13).

Conclusión

  • Sobre todas las cosas, la solución al chisme es el temor de Dios (Sal. 39:1; 141:3).
  • “Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh SEÑOR, roca mía y redentor mío” (Sal. 19:14).



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