La necesidad de la disciplina en la iglesia local



Por Josué I. Hernández


Introducción
  • Con “disciplina” nos referimos a una “sanción” (cf. 2 Cor. 2:6; “epitimia”, “pena, castigo”, Vine).
  • ¿Por qué la iglesia local debe practicar la disciplina?

Porque Dios manda que lo haga.
  • Un mandato directo, no una sugerencia (cf. 1 Cor. 5:4,5; 2 Tes. 3:6).
  • La razón por la cual una iglesia de Cristo practica la disciplina es porque Cristo manda que se haga (cf. Apoc. 2:14,15; 2:20-24).

Porque los miembros desordenados lo necesitan.
  • Para lograr la salvación de un hermano descarriado (Sant. 5:19,20).
  • Un esfuerzo de los espirituales (Gal. 6:1,2; 1 Tes. 5:14).
  • Un acto de amor (1 Cor. 5:5; 2 Tes. 3:15).

Porque mantiene la pureza de la iglesia.
  • Evitar la propagación del comportamiento pecaminoso (1 Cor. 5:6,7; cf. Gal. 5:9).
  • Siendo este el caso, Pablo mandó a los corintios, “Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros” (1 Cor. 5:13).

Porque evita la división en la iglesia.
  • Todo divisionista debe ser disciplinado (Tito 3:10,11).
  • “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos” (Rom. 16:17,18).

Porque advierte a toda la iglesia.
  • “A los que persisten en pecar, repréndelos delante de todos, para que los demás también teman” (1 Tim. 5:20).
  • Cuando la disciplina se lleva a cabo correctamente (Gal. 6:1,2; 1 Tes. 5:14; 2 Tes. 3:6,14,15), el temor de Dios gobernará los corazones de todos, y todos serán animados a permanecer fieles.

Conclusión
  • Asegurémonos de cumplir toda responsabilidad que Dios nos ha dado.
  • Sus mandamientos no son gravosos (1 Jn. 5:3).