¿Quiénes deben volver a bautizarse?



Por Josué I. Hernández


Introducción
  • Solo hay “un bautismo” (Ef. 4:5), el bautismo que Cristo mandó (Mat. 28:19).
  • Si alguno no ha llegado a ser bautizado “en Cristo” (Gal. 3:26) siempre queda fuera de la salvación (1 Ped. 3:21; cf. Hech. 2:38,41,47).
  • Debido a que muchos han sido “bautizados” en diferentes “bautismos”, pero sólo hay “un bautismo legítimo”, ¿quiénes deben volver a bautizarse?

El que no fue sumergido.
  • La palabra bautismo (gr. “baptizo”) debe traducirse y entenderse como “inmersión”, es decir, una sepultura en agua (cf. Col. 2:12).
  • El “rociamiento” de agua no es “inmersión” en agua.
  • El bautismo bíblico tiene la característica de tipificar, o simbolizar, la muerte, la sepultura y la resurrección de Jesucristo (Rom. 6:3-5).
  • Para que el bautismo sea válido a los ojos de Dios, se necesita mucha agua, agua suficiente para que el creyente descienda al agua y suba de ella (cf. Hech. 8:38,39; Jn. 3:23).

El que fue bautizado cuando era inocente.
  • Los infantes y niños no tienen pecado (cf. Mat. 18:3; 19:14) y no necesitan arrepentirse ni convertirse (cf. Hech. 3:19). ¿Por qué tendrían que bautizarse?
  • El pecado no se hereda (cf. Ez. 18:20), el pecado es un delito que se comete personalmente (cf. 1 Jn. 3:4; Sant. 4:17).
  • El pecado es cometido desde la juventud (Gen. 8:21) no desde la niñez (Deut. 1:39).
  • Para que el bautismo sea válido a los ojos de Dios, el sumergido en agua debe ser un muerto en el pecado que es sepultado para resucitar (cf. Col. 2:12; Ef. 2:1,5).

El que no había creído al evangelio.
  • Solo hay un evangelio que salva (Gal. 1:6,7) a través del cual es conferida la gracia de Dios (Hech. 20:24,32).
  • Sin embargo, “un evangelio diferente” (Gal. 1:6) no provee gracia.
  • Todo aquel que ha creído “otro evangelio” (Gal. 1:8) no cumple el requisito de Cristo quien dijo, “El que creyere y fuere bautizado, será salvo” (Mar. 16:16).
  • Para que el bautismo sea válido a los ojos de Dios, el sumergido debe creer el verdadero evangelio, y creerlo de “todo corazón” (Hech. 8:37).

El que no se había arrepentido.
  • El Señor especificó el arrepentimiento como un elemento imprescindible para el perdón de los pecados (Luc. 24:46,47), y sus apóstoles reiteraban lo mismo (cf. Hech. 3:19; 17:30).
  • Cuando los creyentes preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles, “Varones hermanos, ¿qué haremos?” (Hech. 2:37), Pedro les dijo, “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados” (Hech. 2:38).
  • Para que el bautismo sea válido a los ojos de Dios, el creyente debe estar arrepentido, y así, arrepentido, debe ser sumergido para el perdón de sus pecados.

El que se bautizó por emoción o presión.
  • El bautismo es un acto de fe, de plena certidumbre: “sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos” (Col. 2:12).
  • No hay resurrección de la muerte espiritual sin “la fe en el poder de Dios” (cf. Hech. 8:37).
  • Para que el bautismo sea válido a los ojos de Dios, el que se bautiza debe ser movido por la fe, no por meras emociones del momento, la presión de los padres, o alguna otra cosa que sustituye la convicción plena.

El que se bautizó para ingresar a una denominación.
  • Cristo dijo, “El que creyere y fuere bautizado, será salvo” (Mar. 16:16), es decir: FE + BAUTISMO = SALVACIÓN.
  • Muchas iglesias de los hombres dicen, “el que creyere será salvo, y que se bautice después”, es decir, FE = SALVACIÓN + BAUTISMO DESPUES.
  • Las denominaciones predican “otro evangelio” (Gal. 1:6-8).
  • Todos los bautizados por el sistema denominacional se mojaron, y deben ser bautizados “en Cristo” para ser del “un cuerpo” de Cristo (cf. 1 Cor. 12:13) la verdadera iglesia que él estableció (Mat. 16:18; Hech. 2:47).

Conclusión
  • Hubo creyentes que volvieron a bautizarse porque no habían obedecido al evangelio de Cristo a pesar de su sinceridad y piedad (Hech. 19:1-5).
  • Sin duda alguna, en la actualidad hay muchos que necesitan abrir los ojos para salir del engaño en el que están (Hech. 26:18), ¿es usted uno de ellos?




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