Por Josué I. Hernández
Introducción
- Se cree que algo de fe en Dios y en la Biblia, unida a la sinceridad y buenas intenciones, es aceptable a los ojos de Dios.
- Saulo ilustra cómo un sincero religioso podría estar equivocado (cf. Hech. 57,58; 8:1,3; 9:1,2).
- Si la sinceridad y el celo son suficientes, Saulo era irreprochable (cf. Hech. 22:3; 23:1; Fil. 3:5,6).
- Uno podría esforzarse por hacer lo que cree correcto y estar equivocado (Hech. 26:9-11).
- Uno podría pecar con honestidad, sinceramente, y con fervor (cf. Gal. 1:13,14; 1 Tim. 1:12-14).
La conversión de Saulo
- Camino a Damasco entendió cuán errado estaba (Hech. 9:3-9).
- El Señor le dijo claramente que debía hacer algo, “Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer” (Hech. 9:6).
- La fe en Jesucristo, la oración y el ayuno eran insuficientes (Hech. 9:9,11).
- Debía lavar sus pecados en la sangre de Cristo (cf. Apoc. 1:5; Hech. 22:16).
Conclusión
- Saulo procuraba fundamentar sus acciones en la palabra de Dios (Hech. 23:1). Sin embargo, era “ignorante” e “incrédulo” (1 Tim. 1:13).
- Saulo rehusaba someterse al evangelio de Jesucristo (cf. Mar. 16:15,16; Rom. 10:16).
- Debemos examinar nuestra religión y creencias a la luz del evangelio de Cristo. ¿Estás dispuesto a examinar tus creencias y prácticas religiosas? Saulo lo hizo, y se volvió a Dios, ¿lo harías tú?