El peligro de una casa vacía



Por Josué I. Hernández


Mateo 12:43-45


Introducción
  • Jesús comparó a la “mala generación” de su tiempo con un caso de posesión demoníaca.
  • Se logró ver en ellos algún cambio inicial, sin embargo, volvieron atrás (cf. Mat. 3:5,6; 27:20-26).

Nuestro corazón es como una casa
  • Puede ser un tesoro de bien o de mal (Mat. 12:35; 15:19).
  • En la conversión nuestro corazón es purificado (Hech. 15:8,9; Heb. 9:14; 10:22).
  • En la conversión nuestro corazón queda como una casa “desocupada, barrida y adornada”.  
  • Nuestro corazón debe ser habitado y organizado (cf. Jn. 14:23; Ef. 3:17; Col. 3:16).
  • Nuestro corazón no permanecerá vacío (Hech. 5:3; cf. 1 Cor. 6:11; 2 Cor. 12:20,21).
  • Nuestro estado puede ser peor que el primero (Heb. 3:12,13; cf. 2 Ped. 2:20-22).

Aplicaciones
  • Santificar un lugar especial de nuestro corazón para Dios (1 Ped. 3:15).
  • Cuidar nuestro corazón (Ef. 5:18-20; Col. 3:1,2,16; Fil. 4:8; Rom. 12:1,2).
  • Ingerir más de la palabra de Dios (1 Ped. 2:1,2).
  • Elegir con cuidado a nuestras amistades (cf. 1 Cor. 15:33; 2 Cor. 6:14-7:1; Prov. 13:20).

Conclusión
  • ¿Cuál es la condición de su casa? ¿Ya está desocupada, barrida y adornada?
  • ¿Quiénes habitan en ella?
  • ¿Quiere limpiar su casa hoy?