Por Josué I. Hernández
Introducción
- La iglesia local es un grupo de discípulos adheridos (cf. Hech. 9:26-28).
- La iglesia local está diseñada para reunirse (cf. Hech. 2:42,46; 1 Cor. 14:23,26)
- Las reuniones son esenciales para que los miembros adoren y sean edificados (cf. “para que la iglesia reciba edificación”, “para edificación de la iglesia”, “Hágase todo para edificación”, 1 Cor. 14:5,12,26; cf. Ef. 4:12-16).
- Los miembros que dejan de reunirse atentan contra este divino plan.
El cristiano que se ausenta es perjudicado
- Postergando la adoración (cf. Mat. 4:10; 6:24; 15:7,8; Jn. 4:23).
- Postergando la edificación (cf. 1 Cor. 14:31; Col. 3:16).
- No puede suplir la adoración y edificación perdidas.
Los demás miembros son perjudicados
- Influenciados negativamente con la levadura (cf. Gal. 5:9; Heb. 10:23-25).
- Motivados por la mala asociación (cf. 1 Cor. 15:33).
- Una oveja negra para quien las cosas de Dios son secundarias: “Señor, déjame que primero vaya…” (Luc. 9:59,61; cf. Mat. 6:33).
- El asiento vacío es elocuente, su mensaje no puede ser ignorado (cf. 1 Sam. 20:18).
Los del mundo son perjudicados
- Han ganado un “amigo” (cf. 1 Jn. 2:15-17; Sant. 4:4).
- Un amigo que entristece el corazón de los justos (cf. Ez. 13:22; Mat. 12:30).
- Un amigo que enseña a invalidar un mandamiento de Dios (cf. Mat. 15:6).
Conclusión
- La dedicación a lo espiritual es marca distintiva de los verdaderos discípulos de Cristo (Hech. 2:42,46).
- Cada cristiano debe estar presente cuando la iglesia se reúne (1 Cor. 14:23,26; Heb. 10:25).