La apostasía del rey Saúl



Por Josué I. Hernández


Introducción
  • Saúl constituye una solemne advertencia para todos nosotros, “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron” (Rom.15:4).
  • Nacido de los deseos de Israel por ser como todas las naciones (1 Sam. 8:5,20). Saúl fue nombrado rey bajo el permiso de Dios, y posteriormente destituido también por Dios (cf. Os. 13:11).
  • La apostasía de Saúl fue un descenso de cuatro etapas de apostasía.

Culto no autorizado
  • Debía esperar siete días en Gilgal hasta la llegada de Samuel (1 Sam. 10:8).
  • No esperó a Samuel, y procuró justificar su desobediencia (1 Sam. 13:10-14).
  • A pesar de las buenas intenciones, había desobedecido a Dios: “Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado” (1 Sam. 13:13).
  • En consecuencia, su reino no se extendería genealógicamente (cf. 1 Sam. 13:14; Hech. 13:22).
  • El mandamiento especificaba lo que Saúl debía hacer, y prohibía cualquier otra alternativa.

Fracaso en la destrucción de Amalec
  • Saúl recibió la orden de destruir a Amalec, incluyendo el ganado (1 Sam. 15:1-3), pero decidió perdonar al rey Agag y a lo mejor del ganado (1 Sam. 15:9).
  • Saúl declaró, “yo he cumplido la palabra de Jehová” (1 Sam. 15:13).
  • Samuel respondió, “¿Pues qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que yo oigo con mis oídos?... ¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos de Jehová?” (1 Sam. 15:14,19).
  • Saúl replicó, “Antes bien he obedecido la voz de Jehová…” (1 Sam. 15:20).
  • A pesar de las justificaciones, había desobedecido a Dios, “¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros” (1 Sam. 15:22).
  • Si Dios manda algo, eso es precisamente lo que él espera, cualquier otra cosa es “rebelión” y “obstinación” (1 Sam. 15:23).

Obsesionado por los celos
  • Cuando las mujeres cantaban, “Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles” (1 Sam. 18:7). La reacción airada de Saúl no se hizo esperar, y no podía mirar con buenos ojos a David (1 Sam. 18:8,9).
  • Enloquecido por los celos intentó varias veces matar a David (1 Sam. 18-19).
  • David tuvo que huir de Saúl, quien arriesgaría la seguridad nacional procurando matar a un solo hombre (1 Sam. 21-26).
  • El egoísmo y los celos, unidos a la terquedad, no resultaron en el bienestar espiritual de Saúl, sino que le destruyeron.

Consultando a una bruja
  • Saúl se dirigió a Endor disfrazado (1 Sam. 28:8) y pidió a una bruja que hiciera subir a Samuel (v.11; cf. Deut. 18:10,11).
  • Para sorpresa de la mujer, quien gritó de pánico (1 Sam. 28:12), el profeta Samuel apareció y condenó a Saúl (1 Sam. 28:15-19).
  • Saúl se suicida, poniendo fin a su vida terrenal (1 Sam. 31:1-5).

Conclusión
  • Esta es la historia de un rey que rehúso arrepentirse (cf. Heb. 3:13).
  • Abandonar el pecado, acudir a Dios, y aceptar las consecuencias, es lo que distingue a David en contraste con Saúl (cf. Sal. 32; 51).