- Dios nos enseña cómo rescatar y restaurar a los hermanos caídos.
- Es necesario entender que también hay “plan de salvación” para los hijos de Dios que han caído en pecado.
- En su paciencia, Dios espera que los caídos vuelvan y que nosotros les ayudemos.
- Felipe predicó y la verdad fue confirmada (Hech. 8:5-8).
- Simón se convirtió al Señor (v.9-13).
- Por la imposición de las manos de los apóstoles dones milagrosos fueron conferidos (v.14-17).
- Simón volvió a sus antiguos pecados (v.18,19).
- Pedro reprendió a Simón para restaurarlo (v.20-23).
- Simón se arrepintió y pidió que intercedieran por él, y fue restaurado (v.24).
- Para los pecadores del mundo (Hech. 8:12,13).
- Para el hijo de Dios que ha caído (Hech. 8:22,24).
- Pablo predicó y la verdad fue confirmada (Hech. 19:1-7).
- Pablo continuó predicando por dos años, y la verdad fue poderosamente confirmada (v.8-12).
- Falsos sanadores fueron expuestos como fraudulentos (v.13-16).
- Los hijos de Dios que habían caído confesaron públicamente sus pecados y repudiaron sus errores (v.17-20).
- Confesaron públicamente porque sus pecados eran conocidos por los de afuera.
- Repudiaron sus pecados, exhibiendo un arrepentimiento genuino.
- La iglesia lo quitó públicamente (1 Cor. 5:1-5).
- Los miembros apoyaron la acción cortando las relaciones sociales (v.11).
- El ofensor de arrepintió, y la iglesia confirmó su amor perdonándolo (2 Cor. 2:5-11).
- El arrepentimiento del pecador no significa que le será dada de una vez la confianza original.
- El perdón se da, pero la confianza se gana. Ej. Si era tesorero y robó, si predicaba y fornicó, etc.
- La aflicción provoca la meditación y el reconocimiento del pecado (Sant. 5:13-16).
- Dios escuchará la oración de intercesión, como oyó la oración de Elías (v.17,18).
- Restaurar a los caídos es para salvación y perdón (v.19,20).
- Si solo Dios lo sabe, la confesión a Dios es suficiente (ej. “codicia”, Mat. 5:28; “oración”, Rom. 12:12).
- La confesión debe ser tan amplia como el pecado cometido, tan amplia como el círculo de afectados.
- La confesión del pecado logra el perdón, pero la negación impide el perdón (1 Jn. 1:5-10).
- Volver a la iglesia no es confesión.
- Cambiar membresía no es confesión.
- Las excusas, coartadas, encubrimientos, negaciones, engañan a los hombres, pero no a Dios.
- Dios está esperando el arrepentimiento de los pecadores del mundo y el arrepentimiento de sus hijos caídos.