“Pero es necesario que el obispo sea”



Por Josué I. Hernández
 

Introducción
  • “Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea…” (1 Tim. 3:1,2).
  • “Es cierta esta afirmación: Si alguno aspira al cargo de epíscopo, desea una hermosa obra. Es, pues, necesario que el epíscopo sea…” (1 Tim. 3:1,2; JER).
 
ANCIANOS-OBISPOS-PASTORES
  • Los ancianos son obispos (Tito 1:5,7).
  • Los ancianos son obispos y pastores (Hech. 20:17,28).
  • Los ancianos son pastores (1 Ped. 5:1,2).
  • Por lo tanto, los obispos son ancianos y pastores (cf. Ef. 4:11).
 
¿Cómo debemos considerar ambos listados de requisitos?
  • Los dos listados de requisitos para ancianos, hallados en 1 Timoteo y Tito, son paralelos.
  • Tanto Timoteo como Tito tenían la lista completa de requisitos, y cada uno podía, con su propia lista, designar ancianos.
  • Podemos confiar en la interpretación que armoniza ambos listados, y aplicarlos como el medio divino para calificar a quienes serán los ancianos de la congregación.




La edad del “anciano”
  • “La sociedad grecorromana, en la cual vivió y escribió el apóstol Pablo, consideraba la edad de un anciano aquella en la cual se acercaba a los cuarenta años” (E. C. Wharton, “La iglesia de Cristo”).
  • “La sociedad en la época del Nuevo Testamento vio los años cuarenta como la terminación de la juventud del hombre y la llegada a una edad en la cual ya no podría ser llamado al servicio militar obligatorio” (Ibíd.).
  • “La palabra usada para designar al joven se aplicaba al hombre completamente maduro, estrictamente para un hombre en edad militar” (W. M. Ramsay, “Pauline and other studies in Church History”).
  • “La palabra joven con el uso más estricto del griego, empieza aproximadamente a los veinte años y termina con el acercamiento a la vejez” (Ibíd.).
  • “Juventud se conoce que fue aplicada a los hombres maduros de edad militar, hasta cuarenta años” (Ireneo, “Contra Herejías”).
  • Cuando Pablo escribió a Timoteo “Ninguno tenga en poco tu juventud” (1 Tim. 4:12) el joven predicador tenía entre 35 a 38 años, no tenía más de cuarenta.
  • El adjetivo anciano, según es usado en el Nuevo Testamento, no es aplicado solamente a los de la llamada “tercera edad”, si no a un varón maduro de unos cuarenta años en adelante.
 
Conclusión
  • El Señor nos ha dado la información necesaria para que tengamos ancianos (Hech. 14:23)
  • La voluntad de Dios ha sido expresada, pero nuestra voluntad debe ajustarse a ella.