¿Quién es el responsable de que tengamos ancianos?



Por Josué I. Hernández

  
Introducción
  • Una iglesia sin ancianos es deficiente (Tito 1:5). 
  • El plan de Dios es que haya “ancianos en cada iglesia” (Hech. 14:23).
  • Un problema común: No anhelar ancianos. Si una iglesia no quiere ancianos jamás los tendrá.
  • La solución: Reconocer al que califica, ayudar al que puede calificar, y designarles como ancianos.
 
El problema de la responsabilidad
  • Fácilmente pueden ser responsabilizados los varones, los más antiguos, el predicador, mientras se excluye a las mujeres, a los jóvenes y a los más nuevos.
  • Alguno dirá, “así estamos bien”. Solemos estar contentos con lo que acostumbramos. La pregunta es, ¿está contento el Señor?
 
Cada miembro es responsable:
  • Padres: Pueden preparar a los futuros ancianos y esposas de ancianos (cf. Ef. 6:4).
  • Hijos: Pueden ayudar a su padre para que califique (cf. 1 Tim. 3:4,5).
  • Esposas: Pueden ayudar a que su esposo califique (cf. 1 Tim. 3:4,11).
  • Varones jóvenes: Pueden comenzar a prepararse (cf. 1 Tim. 3:1).
  • La joven soltera: Puede buscar un futuro esposo que califique.
  • Los que podrían calificar: Pueden trabajar para perfeccionar algún requisito, aceptando toda ayuda y consejo (cf. 1 Tim. 3:10).
  • Los que no podrían calificar: Siempre pueden brindar aliento y apoyo.
 
Nadie está excluido (1 Cor. 12:14-27):
  • Cada miembro debe informarse (1 Tim. 3:1-7; Tito 1:5-9).
  • Cada miembro participará de la selección (cf. Hech. 6:3-6).
  • Cada miembro puede buscar: “es necesario que el obispo sea…” (1 Tim. 3:2).
  • Cada miembro puede probar: “sean sometidos a prueba primero” (1 Tim. 3:10).
  • Cada miembro puede razonar (cf. 1 Cor. 14:40; 2 Cor. 8:21).
 
Conclusión
  • “Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído” (Hech. 14:23).
  • Hablamos mucho de ser como los cristianos del primer siglo, pero, ¿lo seremos en esto?