A Jacob amé y a Esaú aborrecí



Por Josué I. Hernández


Romanos 9:13
 

Introducción
  • Romanos 9-11 trata el problema judío: “cómo la doctrina de la justificación por la fe en Jesucristo se relaciona con el pacto que Jehová hizo en el monte Sinaí”.
  • Romanos 9: La completa libertad de Dios para llevar adelante su plan de redención, y su derecho para elegir a la nación de Israel como la avenida a través de la cual vendría el Mesías.
 
Una nación elegida
  • La nación elegida de la que vino Cristo (Rom. 9:5), rechazó a su Mesías (cf. Jn. 1:11).
  • Dios había prometido el evangelio por medio de “los profetas en las santas Escrituras” (Rom. 1:1,2; 3:21).
  • El glorioso evangelio confirma la ley (Rom. 3:31).
  • La “gran tristeza y continuo dolor” motivaban a Pablo a buscar la salvación de sus paisanos judíos (Rom. 9:1-4).
 
¿Falló la promesa de Dios?
  • El plan de Dios no fracasó, porque la elección de Dios no estaba basada en el linaje, sino en la promesa (Rom. 9:6-8).
  • Primer ejemplo: Dios escogió a Isaac sobre Ismael (Rom. 9:9).
  • Segundo ejemplo: Dios escogió a los descendientes de Jacob en lugar de los descendientes de Esaú (Rom. 9:10-13).
  • Dios cumplió su promesa, en los hijos según la promesa (Gal. 3:29; cf. 1 Ped. 2:9,10; Hech. 15:13-19; Rom. 9:25,26). 
 
Jacob, no Esaú
  • El calvinista se apresura a indicar una elección incondicional de un individuo y el rechazo de otro (cf. Rom. 9:11-13).
  • Recordar el argumento base: Dios escogió a una nación como la avenida a través de la cual vendría el Mesías (Rom. 9:5).
  • Jacob es Israel, y Esaú es Edom (cf. Mal. 1:2,3; Rom. 9:13).
  • Entre Romanos 9:11,12 y Romanos 9:13 hay más de mil años.
 
Conclusión
  • Si el calvinismo tiene razón, todos los edomitas fueron condenados, y todos los judíos fueron salvos incondicionalmente.
  • Pablo no trata de dos individuos, sino de dos naciones.
  • Israel no fue elegido incondicionalmente para salvación, Israel fue elegido para traer a Cristo (cf. Rom. 9:5; Jn. 4:22), pero correspondía a cada judío el ser fiel.
  • Los elegidos deben cumplir el propósito de su elección (ej. 1 Ped. 2:9).
  • Todos, judíos y gentiles, deben obedecer al evangelio (Rom. 1:16,17).