Por Josué I. Hernández
Introducción
- Pedro se apartó del Señor y le negó (Mar. 14:50,54; 14:66-72).
- Las mismas cosas que influyeron en la caída de Pedro, podrían movernos a nosotros.
Pedro cedió al orgullo
- Se jactaba de su fidelidad (cf. Mar. 14:29-31; Prov. 16:18).
- Luego, enfatizaba la humildad (1 Ped. 5:5,6).
Pedro cedió a la pereza
- No pudo velar con el Señor (Mar. 14:32-42).
- Luego, enfatizaba la diligencia (cf. 1 Pe. 5:8,9; 2 Ped. 1:5,10; 3:14).
Pedro cedió a la cobardía
- Siguió a Jesús desde lejos (Mar. 14:50,54).
- Luego, enfatizaba que no temamos ni nos avergoncemos (1 Ped. 3:14; 4:16).
Pedro cedió al mundo
- Avergonzado de Cristo, calentándose al fuego de los enemigos (Mar. 14:54; 14:66-72).
- Luego, enfatizaba el vivir como extranjeros y peregrinos (cf. 1 Ped. 2:11,12; 2 Ped. 3:13,14).
Evitemos:
- Orgullo: El exceso de confianza en nuestro servicio a Dios (1 Cor. 10:12).
- Negligencia: Dejar de velar (cf. Heb. 2:1-3; Luc. 21:34-36).
- Infidelidad: La vergüenza en nuestro servicio a Cristo (Mar. 8:38; cf. Rom. 1:16).
- Mundanería: Las malas asociaciones (cf. 1 Cor. 15:33; Prov. 6:27,28).
Conclusión
- Pedro indicó el camino seguro: Guardaos y Creced (2 Ped. 3:17,18).
- La humildad, la diligencia, la fidelidad, y el corazón de extranjero, son esenciales.
