Por Josué I. Hernández
- La Biblia nos enseña sobre un hombre que logró salvar a su familia a pesar de que todo el mundo era impío: Noé (Gen. 7:13,23; 8:18).
- Algunos cristianos tienen miedo de casarse y tener hijos, por la maldad que nos rodea. Pero, el ejemplo de Noé nos anima y nos reprende.
- “heredero de la justicia que viene por la fe” (Heb. 11:7; cf. Gen. 6:8,9; 7:1;
Ez. 14:14,20).
- Fe, para confiar y construir (cf. Heb. 11:1,7; Gen. 6:14-22; 7:5; Sant. 2:14-26).
- Fe, para predicar (cf. 2 Cor. 4:13; 2 Ped. 2:5).
- Fe, para resistir la incredulidad de la mayoría (1 Ped. 3:20).
- Fe, para adorar (cf. Gen. 8:20).
- A pesar de la maldad general (Gen. 6:5-13).
- Salvó a su familia (Gen. 6:18; 7:1,13,23; 8:16,18).
- Un tropiezo se menciona (Gen. 9:20-27), pero el registro bíblico posterior implica que Noé se arrepintió.
- Corresponde a los salvos (cf. Mar. 16:16; Hech. 2:40,41) ocuparse de su salvación (cf. Fil. 2:12; 1 Ped. 1:5).
- La elección insensata de un cónyuge contribuye a la decadencia moral (cf. Gen. 6:2).
- Debemos buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, aunque la mayoría no lo haga (cf. Gen. 6:8; Mat. 6:33).
- La mala asociación corrompe (cf. 1 Cor. 15:33).
- La fe se aprende (2 Tim. 1:5), y la impiedad también (cf. Ez. 16:44; 1 Rey. 15:3).
- Dios condenó a los desobedientes del tiempo de Noé, porque podrían haberse arrepentido (cf. Ez. 18:14,17; 1 Ped. 3:20).
- La gracia no se alcanza sin el esfuerzo de obediencia (Gen. 6:8,9)
- Hallar gracia es trabajar por la salvación (Gen. 6:8,14).
- La obediencia es por la fe (Heb. 11:7).
- El ejemplo de Noé condenó al mundo (Heb. 11:7), ¿nos condena a nosotros?
- La justicia de Dios no depende de la mayoría (1 Ped. 3:20; 2 Ped. 2:5).
- La historia no termina con la muerte física (2 Ped. 2:9).
- Dios espera nuestro arrepentimiento, así como esperó el arrepentimiento en el tiempo de Noé (2 Ped. 3:9; 1 Ped. 3:20,21).
